La pintura de la que vamos a hablar, es una joya del período barroco; se trata de la “Virgen de la Luz”, cuyo culto fuera introducido por los jesuitas en el primer tercio del s.XVIII. Si bien, en Europa fue prohibida en su tiempo por razones dogmáticas, en América encontró un medio favorable para su devoción; se extendió por todos los rincones del Virreinato, y Querétaro no fue la excepción.
Lo curioso del caso, es que Don Francisco Antonio Alday, un prominente abogado, tenía presumiblemente en su poder un óleo de esta advocación, pintado por la mano del gran pintor oaxaqueño Miguel Cabrera, a mitad de ese siglo XVIII.
Durante un amargo trance familiar, en el cual la hija del abogado, y de su esposa, Ana María de Echeverría y Andizával, estaba en peligro de muerte por una perniciosa enfermedad. Al pedir la intercesión de la Virgen de La Luz (eran devotos de ella) para salvarla de la inminente muerte, la Virgen obró el milagro, y recuperó la salud la niña María Ana Josepha de la Luz Alday y Echeverría, quien quizás tuviera a la sazón 4 años de edad. Los dueños de la pintura la ofrendaron al templo franciscano, a manera de exvoto, una vez recuperada la niña, y ahí es donde surgen las dudas:
¿Habrá sido el mismo Cabrera quien convirtiera la pintura en Exvoto?
La duda surge porque si observamos con detalle la factura del óleo, la portentosa mano del pintor oaxaqueño se advierte: los rostros de la Virgen, la del ánima rescatada del purgatorio, el rostro del ángel, y los drapeados en el manto de la Virgen, nos dejan ver la consumada técnica que tenía el eximio pintor…pero no así en la figura y rostro de la niña.
Se aprecia esbozada, casi fantasmal. ¿Habrá sido añadida, conjuntamente con la cartela que describe el milagro, a un original que no contempló su aparición? ¿Fue acaso otro pintor? La duda persiste…a saber.
La pintura puede ser admirada en el presbiterio de la Capilla de Ntra. Sra. De la Asunción, adyacente al templo de la Cruz, en la Ciudad de Querétaro.
Alejandro Zayas Solano
@Alexeizayak
