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El desafortunado México de un Prejidente bocazas

El desafortunado México de un Prejidente bocazas

Evidentemente, llegar a la presidencia, no lo es todo en la vida de un político de carrera larga, muchos recordamos a ese Andrés Manuel de puño en alto y voz cantante, condenando todas y cada una de las delicias del poder que, en dos ocasiones, le arrebatara la presidencia de las manos pero… ¿qué sucedió después de que la democracia por fin le rindiera justicia?

Pues casi nada… esta noche, los mexicanos nos vamos a la cama con la mala nueva de que incluso, después de que ese desvencijado estados unidos de un Trump saliente (con lágrimas y berrinches y arrabaleros diretes) le otorgara al gobierno obradorista por medio de una DEA más corrompida que las filas priistas y panistas, la venia de un Cienfuegos cuasi reivindicado y cuasi libre de todo mal, ahora resulta que ese vendidísimo y poco loable senado de la República, finalmente nos ha otorgado el permiso de fumarnos un porro en casa, siempre y cuando no haya menores en el inmueble… ¿en serio?, ¿esa era la idea de una discusión sobre la legalización de una planta?

Es decir que, tras tantísimos meses de lucha, plantones, protestas, levantamiento de firmas y enfrentamientos, ¿lo único que podemos hacer los mexicanos actualmente es fumar yerba, marihuana, mota, caquita de chango, café y un larguísimo etcétera, en el interior de nuestras casas?, ¿en serio?, porque eso es lo que hemos estado haciendo, al menos, por los últimos sesenta (60) años.

O sea, señores senadores, tratemos de pensar las cosas adecuadamente, es decir, con alguito de inteligencia de por medio, la discusión de la legalización va más allá del uso lúdico de la planta a un nivel intramuros, la discusión se trata de disminuir la violencia latente en todo el territorio nacional, se trata de auto cultivar, no sólo de darle gusto a las docenas de millones de consumidores regados a lo largo y ancho del territorio nacional, se trata de sabernos y entendernos libres, no de llevar más allá de las corruptelas burocráticas (léase políticas), el consumo de una planta como lo pueden ser la yerba buena, la manzanilla, el orégano, el epazote y tantísimas más, pero no.

Ustedes, en su eterno mal comprender de las necesidades y urgencias de la nación que juraron liderar, organizar y mejorar, acaban de terminar por simplificarse en un chiste, en una broma que ofende directamente al pueblo que paga sus cuantiosos salarios, ¿saben de qué sirve su resolución sobre el consumo lúdico de la marihuana?, de nada, absolutamente de nada… que jodida vergüenza debería darles ser quienes dicen ser señoras y señores senadores.

No a gusto y conformes de haber recibido a un tal don Cienfuegos, completamente libre de polvos y pajas en la nación, aún a sabiendas del daño que ocasionó a México, decidieron, así sin más, darle nuevamente atole con el dedo al pueblo de México, y con esto, han demostrado que lo único que en realidad les importa y les seguirá importando, es su salario (desmedido a más no poder) y su mal ganado título.

Y entonces, de rebote, llega el tan sobado nombre del presidente Andrés Manuel que, a lo largo de los últimos dos años, lo único que ha atinado a hacer, es decir y decir, descalificar a diestra y taruga a quien se atraviese en su mesiánico camino, lucirse frente a las cámaras como un chamaco berrinchudo que, a sabiendas de la gran responsabilidad que su nuevo gran poder le significa, no ha cejado en sus empeños por enfrascarse en un barato vodevil de infértiles discursos y malcriados señalamientos que nunca, hasta el momento, han encontrado un adecuado, inteligente, leal y honesto resultado.

Entonces, díganme ustedes, señoras y señores senadores, señor presidente, ¿de qué carajos nos sirven esa la voz, ese el voto que tan amable y pacíficamente nos han otorgado, si al final de la historia, nunca se detendrán en su empeño por pasarle por encima?

México y no Andrés Manuel, fue quien ganó las elecciones de los pasados comicios presidenciales, entonces, ¿por qué jijos de la guayaba no estamos obteniendo todo aquello cuanto se nos prometió?

Basta Andrés, basta senadores, basta diputados, gobernadores, presidentes municipales, regidores, directivos y cuantos más personajes del teatrito político de esta nación que llora, grita, berrea y mereces, sobre todo, que merece una clase política mejor de la que actualmente tenemos, basta de jodernos así, sistemáticamente, basta de untarnos en las jetas esa cuarta transformación que no ha transformado nada, basta de llenarse los hocicos y las trompas con sus desvencijados y endebles logros.

No se trata sólo de poderse fumar un toque en la banqueta sin temor a ser abordados y abusados por los corruptísimos polecías que plagan y ensucian las calles de nuestra nación, no se trata de echar mano de un derecho indiscutible al consumo de lo que se nos venga en gana, no se trata de que sigan buscando la manera de engordarse los bolsillos a nuestras costillas, esfuerzos y trabajos, se trata de ser coherentes, comprometidos con quienes les damos de tragar (es decir comer) y hacer las cosas como se debe.

¿Acaso no han comprendido que, de hacer las cosas adecuadamente, podrían meterse más dineros ilegítimos al bolsillo para seguirle dando la “vida que se merecen” a sus familias sin la necesidad de joder directamente a ese pueblo que tan duro trabaja para subsistir bajo sus apestosas sombras? ¡Carajo!

Antonio Andrade Periodista y Escritor mexicano (avergonzado de sus representantes pusilánimes)

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