Acuse de recibo

Ethel Riquelme - Con la mirada de

Por: Ethel Riquelme.- En el combate al crimen y la delincuencia, los errores tienen costo. El ataque a Omar García Harfuch, podría no haber sido por su condición de Secretario de Seguridad Pública de la CDMX, sino como potrillo vinculado fuertemente a las fuerzas armadas y a un gabinete que ha cometido el error de fluctuar su política anticrimen entre la operatividad y la politiquería.

Del ataque sufrido este viernes, enoja sobremanera a los mandos militares que los hechos se hayan registrado en pleno Reforma, donde se concentran la mayoría de residencias diplomáticas, lo que lleva la difusión de los hechos a otro nivel publicitario; en un amanecer, lo que coloca la noticia en la agenda de todo el día, incluso por arriba de la mañanera presidencial; y que haya sido justo el mismo día en que Andrés Manuel López Obrador se instala de gira por Michoacán, donde tiene su guarida el líder del Cartel Jalisco Nueva Generación, presunto responsable del atentado.

De ser ellos, el cartel cedió la plaza mientras se apropiaba de la capital federal para cometer un atentado con alto calibre, Barret .50, granadas de fragmentación, más de 20 vehículos implicados, una treintena de individuos, con varias semanas de preparación y ganas de desacreditar a las fuerzas armadas.

De no haber sido, todo apuntaría a Antonio Yepez “El Marro” líder del Cartel Santa Rosa de Lima, quien estaría cumpliendo las amenazas por la detención de las mujeres de su familia, un convencionalismo de la batalla que el ejército rompió.

El ataque al funcionario de la CDMX, sucedió a sólo un kilómetro del Cuartel General del Ejército Mexicano, a dos calles de las instalaciones deportivas de la Marina y a unos metros de donde ya había sangre derramada. Donde en 2008 murieron el Secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño y el zar antidrogas, Santiago Vasconcelos, al caer la avioneta Lear Jet en que viajaban, en un accidente poco claro, cuya investigación de la entonces PGR no logró disipar las sospechas hacia el Cartel de Sinaloa, árbol de donde nació torcida la gruesa rama del CJNG.

¿A Harfusch, iban a matarlo?  Sí. pero con una consigna: causar escándalo y terror y con ello meter más presión a las FAM, aseguran fuentes consultadas.

Porque igual que lo han hecho en varios puntos del país, con videos que menosprecian a la Guardia Nacional, que retan al gobierno, que amenazan a la autoridad militar y descabezan en vivo a sus efectivos, cual fuera el cartel, atentó no contra un simple jefe de la policía. Omar García H, es hijo de aquél legendario y temido jefe policiaco, Javier García Paniagua, es nieto del aquél poderoso y controvertido exsecretario de la Defensa Nacional, General Marcelino García Barragán, es también uno de los protegidos del exprocurador General de la República, General de División, Rafael Macedo de la Concha y para este gobierno, una pieza clave en la coordinación entre varias instancias federales y estatales.

Y si no fuera suficiente, dicen los militares, el afortunado sobreviviente también pinta como uno de los mejores candidatos civiles con los que las fuerzas armadas podrían contar para operar la seguridad pública, de continuar la presión de amparos constitucionales que exigen la salida del ejército en las calles, acabar con la simulación de la Guardia Nacional y obligar a que la seguridad pública sólo sea con carácter civil.

Claro, previa reunión para limar asperezas que quedaron de su paso por la Policía Federal, tras dejarle en claro que deberá salvar los intereses de la milicia y cantarle las golondrinas a Alfonso Durazo.

Es ahí donde las fuerzas armadas acusan recibo porque atender las amenazas a la seguridad nacional son facultad exclusiva de las fuerzas armadas, desde su planeación, estructuración, presupuesto, equipamiento, resolución, evaluación y operación, incluso la seguridad interior a partir de las modificaciones del 2018, no terreno de la politiquería o de la negociación política como se ha hecho en varias ocasiones desde la Secretaría de Gobernación, con un subsecretario que incluso llegó a otorgar apoyo de programas sociales a la delincuencia organizada en Michoacán.

Eso, más los muchos yerros desde el poder civil se han cometido, como es el caso de Ovidio lleno de contradicciones, la visita a la mamá de El Chapo, la detención y liberación en múltiples ocasiones de la familia de El Marro, el involucramiento de autoridades civiles en las acciones operativas, la decisión de atacar y luego la de abandonar la plaza

Dos errores recientes, aseguran, fue operativo: la detención de las mujeres del Marro por parte del ejército, algo que en los entendidos del combate no sucedía con la Marina, ni mujeres de a familia que no estuvieran involucradas, ni menores de edad. A la fecha, la mamá, la hermana y la tía del presunto narco líder del Cartel Santa Rosa de Lima no han sido sujetas a proceso con pruebas.

Y el otro, político, revelan. La decisión adoptada el 17 de junio pasado cuando se recibieron amenazas de muerte del Jalisco Nueva Generación contra funcionarios de la 4T, de García Harfuch y de algunos gobernadores, excepto por cierto contra el encargado de Seguridad federal, Alfonso Durazo.

Parece que la decisión de todos los que estaban en esa reunión con el presidente, fue que se difundiera que Nemesio Oceguera, alias el Mencho (el fuerte líder del CJNG) estaba muerto, según ellos era una manera de responderle que el Estado no le tiene miedo, cuando a nivel operativo se conoce que es sumamente escurridizo y en cinco años no ha podido ser atrapado.

Lo cierto es que los líderes de ambos carteles, además oponentes, parecen gozar de cabal salud y quieren que se sepa.

Twitter: @Ethelriq
ethel.riquelme.fe@usb.edumx

NO COMMENTS

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Salir de la versión móvil