En plena era digital la viralidad puede dar pie a que un contenido multimedia pase a ser visto por decenas de miles de personas en cuestión de poco tiempo. Es precisamente lo que está sucediendo últimamente en México con otome dori. De hecho, en los últimos meses son numerosos los habitantes de Querétaro que han disfrutado de este hentai.
Pero, ¿cómo es posible que haya alcanzado tal nivel de viralidad? Ello es fruto de una serie de claves que iremos desgranando en esta review. En efecto, nosotros también hemos visto dicha serie de dibujos subidos de tono, así que estas son las sensaciones que nos ha dejado.
Dos episodios de netorare
Si eres fan del manga y anime seguramente conozcas el término netorare. Hace referencia a un género de los dibujos japoneses que se centra específicamente en la infidelidad. Es decir, todas las historias giran en torno a haber cometido adulterio.
No nos referimos al del hombre, sino que en este caso, según las definiciones y generos del hentai, la línea argumental se centra en la infidelidad cometida por la mujer.
Ya de por sí este tema suele atraer a la audiencia mexicana, aunque otra clave del éxito reside en la corta duración del hentai. Otome Dori tan solo abarca dos episodios que se basan en el formato televisivo conocido bajo el nombre de OVA. Por ende, en menos de una hora es posible completar una historia que no deja indiferente a nadie.
Análisis a fondo
No siempre las adaptaciones de manga a anime -en este caso hentai- son realizadas con un resultado positivo, pero con la obra que nos ocupa hay que sacarse el sombrero ante Takashi Nishikawa, el director. A excepción de los flashbacks, los cuales no se han incluido para hacer más ligera la trama, todo lo demás se encuentra presente en Otome Dori.
A pesar de no contar con esos pequeños y breves viajes al pasado para poner en contexto la historia, toda ella tiene lugar orgánicamente sin que al espectador le surjan dudas de ningún tipo.
Aparentemente Kazuki Okino es feliz, puesto que Otome Sakuragi -su amor platónico desde que eran pequeños- siempre está a su lado a pesar de no tratarse de una pareja formal. De hecho, se consideran mejores amigos. Aun así, los sentimientos por parte del protagonista van más allá.
No es de extrañar que se acabe enamorando de Otome-nee -apodo afectuoso-, puesto que su cuerpo no pasa desapercibido y el pelo rosa le da un toque si cabe más femenino.
Poco después de dar comienzo el primer episodio, Kazuki Okino recibe un duro revés que le cambiará la vida para siempre, el cual da comienzo con una escena que ve en primera persona. Se trata de Otome Sakuragi, el amor de su vida, a la cual está tocando un varón que la supera en edad.
Por si esta escena de netorare en estado puro se quedase corta, no tarda en producirse otra si cabe más grave. El joven estudiante ahora sí que verá sus ilusiones rotas por completo, puesto que a sus manos acaba llegando un disco que le hace sufrir como nunca.
Sin entrar en demasiados spoilers, solo podemos mencionar que su amor platónico aparece recibiendo altas dosis de placer por parte de ese señor. No es una infidelidad propiamente dicha, puesto que Otome no tiene nada formal con Kazuki. Aun así, este último se siente traicionado.
El hilo argumental atrapa rápidamente a los mexicanos que se decantan por ver el primer episodio. De hecho, tras concluirlo no pueden evitar reproducir el segundo con la mayor brevedad posible, sabiendo así cómo termina una historia que atrapa de principio a fin.
Sin embargo, por muy buenos que fuesen los diálogos e incluso las escenas íntimas, Otome Dori no habría triunfado tanto sin un apartado técnico a la altura. Lo cierto es que lo está gracias al excelente trabajo llevado a cabo por el equipo que se encuentra detrás de este hentai.
El doblaje es realmente bueno, haciendo gala de una sincronización labial a la altura de los mejores animes. Por supuesto, los episodios están subtitulados al español con tal de que los habitantes de Querétaro y del resto de México no tengan dificultades para entender todas las escenas.
No solo destaca el apartado sonoro, puesto que el visual también roza la excelencia. Estamos acostumbrados a las producciones hentai en las que, más allá de los cuerpos y los rostros de los protagonistas, los demás elementos carecen de detalles. Todo lo contrario sucede en esta obra.
De hecho, el presupuesto con el que contó Takashi Nishikawa para dirigir Otome Dori fue bastante generoso, lo cual se evidencia en muchos de los fotogramas que abarcan las diversas escenas. Es por todo ello que este hentai se ha vuelto viral en México y también en muchos otros países.