Son varias las asignaturas que nos inquietan para el año que apenas se inicia, como son: la economía, sociedad, la política, gobierno federal, medio ambiente, entre otros.
Economía mexicana.
El desgastante y prolongado conflicto bélico entre Rusia y Ucrania nos ha impactado en problemas del gas natural, importación de granos, de fertilizantes.
Así como de la severa retracción en las inversiones extranjeras directas.
En este caso, al existir desaceleración económica en los Estados Unidos de América(EUA), afectará también al decrecimiento de nuestras exportaciones.
Otros aspectos es por las controversias del T-MEC en el tema energético; localización del aumento en el Norte del país, como efecto del denominado “nearshoring”, por la cercanía fronteriza de la proveeduría y logística de los negocios con empresas estadounidenses.
Sociedad.
Seguramente tendremos incrementos de conflictos sociales, debido a la creciente polarización generada por el conflictivo presidente López Obrador; esto podría propiciar serio e incontrolable recrudecimiento de los malestares sociales y radicalización de la población; aunado a esto, se notará mayor desconfianza de la gente hacia algunas autoridades de gobierno.
Recientes hechos suscitados en días recientes en Culiacán, Sinaloa, alentarán la descarnada y agresiva presencia activa de diversos grupos de la delincuencia organizada que reposicionarán sus estructuras de dirección, así como la versatilidad de sus operaciones financieras regionales, nacionales y de la innovación y creatividad para el trasiego de drogas rumbo a EUA, su principal mercado de consumo.
Político.
Particular atención se notará en la clara desunión al interior del partido político en el poder(Morena) y de su marcada polarización de estilo cuasi ‘tribal’.
Eso alentaría a la confirmación de nuevos sistemas de alianzas y contra-alianzas, Que buscarán ejercer mayor influencia y posicionamiento partidista.
Seguramente habrán mayores y escrupulosos monitoreos por concepto de los desvíos de recursos federales que descaradamente favorezcan en actos anticipados de campaña para quienes se sientan ‘ungidos’ por designio de AMLO.
Gobierno Federal.
Podrían agudizarse confrontaciones entre el gobierno federal, algunos gubernaturas estatales de Morena, en tanto la atomización de funciones y de control presupuestal en unas cuantas dependencias federales.
Será el botín de repartición con fines pre-electorales para el 2023, con miras a las elecciones del próximo año, donde estarán en juego la presidencia de la República Mexicana, gobiernos estatales, senadurías, diputaciones federales, locales y alcaldías.
Seguramente se replicarán los excesivos y discrecionales gastos que desviarán recursos a los candidatos afines a Morena.
Otro factor desencadenante de problemas de carencia de gobernanza federal es lo relativo a la inseguridad, ya que los grupos delincuenciales actúan a sus anchas, pareciese que con el aval del propio gobierno federal; los ciudadanos estamos inermes, vivimos en la sociedad de la diaria incertidumbre, cargando pesados temores que inquietan nuestra psique; somos rehenes de la inacción del Estado Mexicano.
La población entera sabe que cuando algún miembro a diario sale de su casa, no tienen la seguridad de que regresen con vida a casa; así de fuerte se vive en todo México.
Medio Ambiente.
Muy probablemente aumentarán las condiciones metereológicas globales, que sin duda, se acelera en México por la falta de cuidado de nuestro entorno ecológico, por la desmedida quema de combustibles fósiles, que aunado a otros factores y a la escasa instrumentación de acciones concretas que permiten el avance indiscriminado del Cambio Climático y de sus efectos directos en el medio ambiente, como son: crisis hídrica, abruptos efectos metereológicos, sequías, inundaciones, que además, se acentuarán por el exponencial aumento de la concentración humana en las grandes y medianas ciudades; de esa manera, podrían colapsarse también los servicios e infraestructura pública urbana.
Podríamos esperar también la presencia de numerosas enfermedades crónico-degenerativas , asociadas al constante estrés y ansiedad, problemas depresivos, del incremento de pacientes que padezcan presión arterial, enfermedades cerebro-vasculares, sobre todo de personas mayores a los 55 años de edad, sedentarios, obesos y que no realizan regularmente ejercicios físicos.
Recordemos que para el 2023, poco más del 55% de la población mexicana será mayor de los 60 años de edad; eso traerá implícito muchas enfermedades crónicas.
Esta gruesa capa poblacional será el excelente ‘caldo de cultivo’ de los sectores farmacéuticos, de los médicos geriatras e internistas privados, ya que muchos de ellos no cuentan con seguros médicos institucionales, sea del ISSSTE, IMSS, etcétera.
O bien, de quienes se enfermen por el incremento de los elevados índices contaminantes, con las respectivas complicaciones pulmonares, gastrointestinales, entre otras más.