Por: Jesús Roldán Acosta.– Muchas personas consideran que el agua nos llega por el simple hecho de abrir el grifo del domicilio.
Esa proviene de las efímeras u ocasionales lluvias, se almacena en bordos, presas, lagos, lagunas y en cuencas hidrográficas.
Nuestro país recibe un aproximado anual de 1,489 mil millones de metros cúbicos de agua, debido a la precipitación pluvial.
El 50% lo reciben las entidades de Chiapas, Tabasco, Veracruz, Campeche, Oaxaca, Quintana Roo, y Yucatán. Generalmente, el 67% de la lluvia, se precipita entre los meses de junio y septiembre.
Además de que se filtra en distintas capas de la tierra. Aquí es donde el ser humano la desentraña, extrae, muchas veces a través del bombeo.
Otro problema básico es que la mayor parte de las calles de México se encuentran asfaltadas y con ello no se facilita que el agua se filtre y que por gravedad se aloje en el suelo y subsuelo. Además de que no se repone el líquido que se extrae; se corre el gran riesgo de que -en cierto momento- ya no contemos con suficiente agua.
Lastimosamente, no existe una conservación efectiva de los manantiales, de las presas, bordos, ríos, ni mucho menos se invierte en obras hidráulicas; en razón de ello tenemos frecuentes y severas sequías; contamos con menos reservorios de agua.
No aprendemos que se desperdicia absurda y deshumanizadamente enormes cantidades de agua potable y de alta calidad al regar vastas extensiones de campos de golf, en el riego de jardines, en las descargas de inodoros, lavado de autos, entre otros más.
Parte importante del agua se desperdicia por falta de mantenimiento de las tuberías que provocan constantes fugas, llegando a ser del 40%, perdiéndose de manera inútil.
Tenemos que adoptar acciones individuales-grupales preventivas y revalorizar el uso del agua, en lo general.
Sequías: crisis bioclimática global.
De acuerdo con algunos expertos en este tema, la sequía extrema hará resurgir diversos problemas, como el contrabando o “huachicoleo” del agua.
Derivado de los rápidos y generalizados colapsos como los que enfrenta el globo terráqueo, las especies y la vegetación no tendrían suficiente tiempo para adaptarse a la situación prevaleciente y muy probablemente tardarían varios millones de años en recuperarse de los efectos del cambio climático.
Nos encontramos en una etapa de crisis bioclimática global. Esto ocasionará el colapso ecológico de tal magnitud que podría provocar la desaparición de gran parte de la fauna y flora del mundo, generando importante desequilibrio de los principales ecosistemas.
Esa afirmación se sustenta en estudios realizados por los científicos adscritos a la Escuela Politécnica Federal (ETH, por sus siglas en alemán) de Zurich, Suiza. Los estudiosos se basan en diversos y acuciosos análisis geoquímicos de isótopos en sedimentos, de lo anterior infieren acerca de lo que podría presentarse en nuestro planeta Tierra.
Esos investigadores analizan el incremento del carbono en la atmósfera, que desencadena el acelerado calentamiento climático; recordemos que en el pasado se produjeron masivas extinciones en los ecosistemas marinos y terrestres.
Se estima que más de 1 millón de especies del mundo se extinguirán. Para el 20250 poco más de 1 mil millones de personas será severamente afectadas por la presencia de las sequías extremas, las hambrunas serán más recurrentes, al igual que las inundaciones.
El efecto de cero lluvias, aunado al calor extremo conformará el patrón global, aderezando los fuertes impactos locales y regionales.
Los litorales del planeta Tierra quedarán sumergidos en el agua marina.
Conservamos leves esperanzas respecto a que se presenten considerables reducciones de emisiones de Dióxido de Carbono. La concentración de Co2 de la tropósfera aumentará en un 16% durante los próximos 15 años.
Prueba concreta de ello es el acelerado deshielo de los extensos glaciares de Groenlandia que incrementa el nivel del mar en más de 6 metros por año.
Sin embargo, en algunos países, como Canadá, la empresa “Deep Sky Labs”, ubicada a una hora de la provincia de Alberta está construyendo el primer Centro Mundial de Innovación y Comercialización de Apertura de Carbono a bajo costo.
Ese Centro de Energía limpia se encuentra en un parque municipal, junto a otros proyectos ecológicos (granja solar y 1 planta de conversión de residuos en energía). Se estima que capturarán más de mil toneladas de CO2 cada año.
Un dato por demás importante es el registro de que los glaciares del Himalaya que abastecen de agua dulce a más de 1 mil millones 600 mil personas están desapareciendo.
Hay que destacar también que el sistema de regulación del clima y el carbono de la Tierra sería débil e ineficiente, pudiéndose provocar a largo plazo mayor calentamiento climático global.
El equilibrio ecológico dependerá de la velocidad con el que la vegetación se pueda adaptar al aumento de las temperaturas.
Otro dato que llama la atención mundial es el estudio reciente publicado por la Organización de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y señala que cada segundo se quema o se entierra en vertederos públicos el contenido de un camión de basura repleto de ropa; las marcas (“fashion”) de moda tendrían que revaluar sus modelos de negocio de ese sector , ya que promueven el consumo masivo e indiscriminado a través de las constantes producciones de “nuevas colecciones”, casos hay muchos, uno que destaca es la empresa asiática “Shein”, con sede en Singapur, misma que a diario agrega más de 2 mil nuevos artículos a su plataforma del negocio de comercio electrónico (e-commerce).
Ese negocio se antoja por demás insostenible.
Recordemos que el 71% de la superficie del planeta se compone de mares y océanos; ahí se encuentra el 80% de la fauna global.
Contaminación por plásticos de mares y océanos.
Desafortunada y despiadadamente, cada año se arrojan a mares y océanos entre 8 y 10 millones de materiales plásticos, contaminando y perjudicando el ambiente marino, con las consecuentes muertes de la flora y fauna(mamíferos marinos, en su mayoría) por comer plásticos, además de los micro plásticos que aparecen en los peces y mariscos y que son comestibles para el ser humano.
Cifras en ese tenor señalan que para el 2030 y de manera anual se producirán poco más de 610 millones de toneladas de productos plásticos.
Por si no fuese poco, muchas veces sin percatarnos respiramos micro partículas de micro
plásticos, equivalente a 5 gramos por semana por persona. Esto lo dice el Doctor en Micro plásticos, el italiano Roberto Ambrosini.
La extinción no sería la única consecuencia. Sino que, además, se producirían alteraciones del sistema de captación de carbono; a largo plazo ésta retrasaría la posible recuperación del medio ambiente.
Podrían desaparecer casi un 8% de especies actuales. Las poblaciones de especies de agua dulce se reducirían un 83%, las terrestres un 38% y las marinas un 36%; así de extrema sería la situación.