El horno no está para bollos y tras vivir en las pasadas semanas la peor ola de violencia que ha experimentado Querétaro en su historia reciente por los ajustes de cuentas y masacres ejercitados por grupos criminales, no hace falta poner en riesgo a las familias queretanas.
Sólo hay que recordar que a principios de octubre ejecutaron a dos integrantes de un grupo de narco corridos en el bar el Mezcalito en Centro Sur a muy poca distancia de la feria, se suscitaron 5 ejecuciones en la comunidad de Jesús María, en el mismo municipio de el Marqués, se sumaron 4 más en la comunidad de Buenavista en Santa Rosa Jáuregui y ocurrió el homicidio de un hombre en una barbería en Cumbres del Lago Juriquilla, por supuesto los lamentabilisimos hechos de la masacre de 10 personas y otras 13 heridos graves en el bar “Los Cantaritos”, recordando que los sicarios quemaron la camioneta con la que huyeron también en el municipio del Marqués y todavía ayer se sumó otro ejecutado en una vulcanizadora en Juriquilla.
Así que no parece ser buen momento para hacer eventos masivos con alto consumo de alcohol y quién sabe qué más, que además están casi completamente instalados en la moda “buchona”.
Quienes vivimos en el estado hemos visto año con año la degradación de la Feria de Querétaro que en otros tiempos era un evento esperado por todas las familias en la temporada de fin de año. Es notoria la mala organización, la creciente inseguridad, el espacio insuficiente de estacionamiento, la difícil accesibilidad, el abuso en los precios, la mala calidad en los servicios, de alimentos, de sanitarios, en los juegos mecánicos viejos e inseguros y por si eso fuera poco en los años más recientes los espectáculos en el teatro del pueblo y en el palenque están casi totalmente acaparados por la incultura de los narco corridos y su apología a la delincuencia, al consumo de drogas y alcohol y a denigrar a las mujeres.
El gobierno del estado, el municipio del Marqués y la Unión Ganadera Regional de Querétaro deberían considerar los altísimos riesgos en un contexto de violencia desatada en todo el país y poner sus barbas a remojar al ver las cancelaciones de otras ferias como la de Sinaloa.
