Una conversación académica sobre física en la Universidad Carnegie Mellon derivó, en septiembre de 1982, en la creación del primer emoticón digital. Scott Fahlman, entonces profesor asistente de investigación, propuso usar los caracteres 🙂 para señalar publicaciones humorísticas y 🙁 para comentarios serios, con el fin de evitar malentendidos en los foros electrónicos de la institución.
Todo comenzó el 14 de septiembre en Pittsburgh, Pensilvania, cuando el informático Neil Swartz planteó en el tablón de anuncios del campus estadounidense un problema hipotético sobre una vela encendida y mercurio en un elevador en caída libre. Días después, Howard Gayle respondió con una publicación titulada “¡ADVERTENCIA!”, en tono jocoso, afirmando que el experimento había causado daños. Pese a aclaraciones posteriores, algunos usuarios tomaron el mensaje como verídico, lo que desencadenó un debate sobre cómo diferenciar las bromas de los mensajes serios en entornos textuales.
De acuerdo con una investigación de Ars Technica, el 17 de septiembre, Swartz sugirió marcar las publicaciones humorísticas con un asterisco (*) en el asunto. A lo largo del día, otros usuarios propusieron símbolos como %, &, o incluso {#}, hasta que el 19 de septiembre Fahlman escribió: “Propongo la siguiente secuencia de caracteres para marcar chistes: 🙂 Léanlo de lado”. También propuso 🙁 para los mensajes serios.
La propuesta tuvo éxito por su claridad visual, su simplicidad y su compatibilidad con las terminales DEC usadas en ese momento, que solo podían mostrar los 95 caracteres imprimibles del conjunto US-ASCII. Menos de dos meses después, el emoticón ya circulaba fuera de Carnegie Mellon. El 10 de noviembre de 1982, James Morris introdujo la idea en Xerox PARC, y pronto se difundió por ARPAnet, precursora del internet actual.
Durante años, el mensaje original de Fahlman se creyó perdido hasta que un equipo de la universidad, entre 2001 y 2002, logró recuperar los archivos en cintas de respaldo. La recuperación mostró que el emoticón fue el resultado de una conversación colectiva más que de un momento aislado de genialidad.
Aunque los emoticones de texto dominaron durante décadas, fueron reemplazados gradualmente por emojis, como los creados por Shigetaka Kurita en 1999 y estandarizados por Unicode en 2010. No obstante, las caritas laterales como 🙂 siguen apareciendo, recordando el origen colaborativo de esta forma de expresión digital.
NotiPress/Patricia Manero






