La resiliencia al dolor es un factor determinante en la actividad física de personas con dolor crónico, por encima de la intensidad del malestar, según un estudio de la Universidad de Portsmouth. El hallazgo apunta a la importancia de fortalecer la actitud frente al dolor para mejorar el bienestar general.
Publicado en la revista PLOS One, el artículo analizó datos de 172 personas con dolor crónico mediante modelos estadísticos. La investigación evaluó variables como miedo al movimiento, fragilidad, zonas afectadas, duración e intensidad del dolor para identificar cuáles influyen en los niveles de actividad física.
Dicho estudio indicó que “la resiliencia al dolor afecta la actividad física independientemente del dolor”.Igualmente concluyó que “aumentar la resiliencia podría mejorar tanto el manejo del dolor como la salud general”.
El trabajo fue dirigido por el doctor Nils Niederstrasser, de la Facultad de Psicología, Deporte y Ciencias de la Salud de la Universidad de Portsmouth. El especialista afirmó: “Lo que descubrimos es que no es la cantidad de dolor que uno siente lo que determina si se mantiene físicamente activo, sino cómo piensa y responde a ese dolor”.
Asimismo, Niederstrasser explicó: “Las personas con mayor resiliencia pueden mantener una actitud positiva y superar el malestar, y este factor psicológico es un mejor predictor de la actividad física que la intensidad del dolor en sí”.
Los resultados también señalan que otros factores, como la kinesiofobia, no aportan significativamente a la explicación de los niveles de actividad, reforzando el papel clave de la resiliencia. En este sentido, integrar el apoyo al estilo de vida podría beneficiar a los pacientes. Segun el estudio los tratamientos deben enfocarse tanto en reducir el dolor como en desarrollar la resiliencia.
En el estudio se complementa una investigación previa de Niederstrasser, en la que se evidenció que la actividad física intensa puede reducir el riesgo de desarrollar dolor crónico. Aquella investigación destacó la necesidad de programas preventivos basados en ejercicio, control de peso y atención a desigualdades sociales.
Finalmente, el especialista planteó una posible línea de investigación: “En el futuro, se podrían realizar más investigaciones para examinar si mejorar la resiliencia en personas con dolor crónico conduce a mayores niveles de actividad, posiblemente mediante intervenciones específicas”.
NotiPress/Carlos Ortíz









