Millones de personas en el mundo desean tener hijos, pero una parte importante de ellas no logra concretar ese proyecto. Según una nueva encuesta del Fondo de Población de las Naciones Unidas en 14 países que concentran más del 37% de la población mundial, el 18% de los adultos en edad reproductiva considera imposible alcanzar el número de hijos deseado.
Los datos consultados por NotiPress revelan que el 11% de los encuestados espera tener menos hijos de los que considera óptimo, mientras que un 7% anticipa tener más de los deseados. La misma encuesta muestra que casi uno de cada cinco adultos mayores de 50 años (ya fuera de la etapa reproductiva) reportó no haber alcanzado sus metas en cuanto a fecundidad.
Según el estudio, las razones detrás de esta brecha entre aspiraciones y realidad son diversas. Entre quienes reportan haber tenido menos hijos de los deseados, más del 39% menciona restricciones económicas como principal impedimento. Otros factores comunes incluyen la precariedad laboral, el elevado costo del cuidado infantil y la falta de acceso a vivienda asequible.
Además de las limitaciones económicas, muchas personas enfrentan barreras estructurales relacionadas con la salud reproductiva, la pareja y las condiciones sociales. En promedio, el 24% de los participantes declaró que los problemas de salud impidieron ampliar su familia. Por otro lado, más del 19% expresó que el temor al futuro —por conflictos armados, cambio climático o crisis políticas— influyó en su decisión de no tener más hijos.
En términos de género, las mujeres enfrentan obstáculos particulares. Un 13% señaló la falta de implicación de sus parejas en las labores de crianza como una de las razones para no continuar con la maternidad. Este dato es casi el doble respecto a los hombres, lo que evidencia una persistente desigualdad en la distribución de responsabilidades domésticas.
La encuesta también registró un dato significativo: el 32% de las personas afirmó haber vivido al menos un embarazo no intencional, lo que refleja la falta de acceso a métodos anticonceptivos seguros y decisiones reproductivas informadas. De ese grupo, un número considerable también declaró haber renunciado a tener hijos deseados en algún momento de su vida.
Como resultado, el estudio pone en evidencia una crisis silenciosa: el deseo de formar una familia no basta si los sistemas sociales, económicos y sanitarios no generan condiciones favorables para ello. Lejos de ser una cuestión de voluntad individual, la fecundidad aparece como una meta cada vez más determinada por factores estructurales.
NotiPress/Carlos Ortíz
