Recientemente el Congreso de la Ciudad de México aprobó una reforma permitiendo las corridas de toros sin violencia, con la prohibición del uso de objetos punzantes para dañar a los animales. Esta medida ha generado un intenso debate sobre la viabilidad de un modelo de tauromaquia sin sufrimiento animal. No obstante, no es la primera vez en la que una ciudad o país intenta modificar esta práctica para hacerla menos agresiva.
A nivel internacional, Portugal es el ejemplo más emblemático de una tauromaquia sin muerte en la plaza. En este país, las corridas de toros están reguladas de manera que los animales no sean sacrificados durante el espectáculo. Aunque se permite el uso de banderillas, el toro es retirado vivo y atendido por veterinarios después de la corrida. Esta versión de la tauromaquia ha logrado mantenerse como una tradición arraigada, aunque con constantes críticas de grupos en defensa de los animales.
Francia, por su parte, mantiene la tauromaquia como una manifestación cultural protegida en algunas regiones del sur del país, pero en los últimos años ha enfrentado presiones para prohibir la muerte de los toros en la arena. Aunque no se ha aprobado una reforma similar a la de la Ciudad de México, las discusiones sobre su viabilidad han ganado fuerza.
El caso de la Ciudad de México: ¿inicio de una nueva tendencia en México?
Dicha reforma aprobada en la capital mexicana busca un equilibrio entre la preservación de la tradición taurina y la protección del bienestar animal. Esta medida podría marcar un precedente para otros estados del país donde las corridas de toros siguen vigentes, como Aguascalientes, Jalisco y Tlaxcala. Sin embargo, la viabilidad de su aplicación dependerá de factores como la aceptación social, el impacto económico en la industria taurina y la adaptación de toreros y empresarios al nuevo modelo.
En caso de que la tauromaquia sin violencia tenga éxito en la Ciudad de México, es posible que otras entidades consideren adoptar regulaciones similares. Esto podría derivar en un cambio gradual en la forma en cómo se desarrollan las corridas en todo el país, especialmente si se logra mantener el interés del público y la rentabilidad de los espectáculos bajo estas nuevas condiciones.
¿Un paso hacia la abolición o una evolución de la tauromaquia?
Asimismo, la modificación de las corridas en la Ciudad de México ha sido interpretada de distintas maneras. Para algunos, representa un paso hacia la eventual prohibición total de la tauromaquia en el país, mientras que para otros es una forma de modernizar la tradición y hacerla compatible con las nuevas sensibilidades sociales.
Lo cierto es que la capital mexicana se suma a una tendencia internacional de cuestionamiento a las prácticas taurinas tradicionales, y su impacto en el resto del país dependerá de cómo se implemente la reforma y de la respuesta del público.
Por ahora, la Ciudad de México será un laboratorio donde se pondrá a prueba si las corridas sin violencia pueden coexistir con la historia y la cultura taurina de la nación.
NotiPress/Judith Moreno
