Escuelas con alto nivel académico incorporan metodologías centradas en proyectos para dejar atrás la memorización de datos. El objetivo es promover pensamiento crítico, colaboración y habilidades socioemocionales desde edades tempranas a través del Aprendizaje Basado en Proyectos (PBL, por sus siglas en inglés).
De acuerdo a ITJ Zona Esmeralda, el enfoque PBL gana espacio como parte de un modelo educativo que se orienta a responder a los desafíos del entorno. Al integrar problemas reales en las aulas, los alumnos participan activamente en la búsqueda de soluciones, desarrollando competencias necesarias para enfrentar situaciones complejas.
Esta metodología es usada por universidades como el Tecnológico de Monterrey. Durante el hackatón AMIS-Tec de Monterrey realizado en el campus de Ciudad de México en junio de 2025, la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) propuso un escenario de análisis de detección de necesidades del mercado de seguros. El equipo ganador se enfocó en un proyecto de educación financiera para acercar conocimiento de seguros a jóvenes mediante experiencias inmersivas con tecnología de realidad aumentada. En entrevista con NotiPress, Lorenzo Millis, participante del equipo ganador, expresó el potencial de la experiencia hiperpersonalizada.
La propuesta de proyectos rompe con el esquema tradicional de clases centradas en contenidos pasivos. En su lugar, los estudiantes trabajan en equipos, investigan, analizan información y presentan resultados, promoviendo autonomía, creatividad y pensamiento lógico.
IA en la educación
Otra propuesta que integra la metodología de proyectos en la educación es el uso de la inteligencia artificial. De acuerdo a Juan Alcocer, director regional de TI para Latinoamérica en Inspired Education Group, la personalización del aprendizaje mediante el uso de agentes de IA beneficia a estudiantes y padres de familia. En el caso del estudiante, porque tiene una especie de mentor en línea para profundizar temáticas de mayor interés, incluso fuera del horario de clases. Y para los padres, el beneficio es comprender el nivel de avance el alumno y así poder apoyar en caso de ser necesario en algún área puntual.
Ejemplos como el diseño de un jardín escolar sostenible permiten integrar conocimientos de ciencias, matemáticas y ecología, al tiempo que fortalecen la responsabilidad y la conciencia ambiental. Según docentes que implementan esta metodología, “los alumnos no solo aprenden contenidos, sino que entienden cómo aplicarlos en su entorno”.
Los beneficios reportados incluyen mejoras en la motivación, mayor retención del aprendizaje y desarrollo de habilidades de comunicación. Además, el trabajo colaborativo fomenta la empatía y la autorregulación, componentes esenciales para la formación integral.
Con la incorporación del PBL, los modelos educativos también pretenden preparar a los estudiantes para escenarios futuros. Las habilidades adquiridas —adaptabilidad, liderazgo y aprendizaje continuo— son valoradas tanto en entornos académicos como profesionales. Según Juliet Wingate, directora de The Wingate School en el Valle de México, las familias de expatriados obtienen un plus, ya que vivir en el extranjero aumenta las opciones de ingreso a universidades internacionales. El desarrollo de habilidades es crucial y la cultura junto a retos, llevan a los alumnos al siguiente nivel profesional.
Directivos de instituciones privadas aseguran que la implementación de proyectos con propósito auténtico responde a una demanda creciente por metodologías activas. En ese contexto, el uso de metodologías de aprendizajes basados en proyectos se consolida como una estrategia para transformar la forma en que los alumnos aprenden y se relacionan con el conocimiento.
Este enfoque cobra relevancia en una época donde las denominadas habilidades blandas y el pensamiento crítico son considerados elementos centrales para enfrentar los cambios sociales y tecnológicos del siglo XXI.
NotiPress/Francisco Vicario
