Durante años la cuestión sobre si tocar música tenía un efecto estuvo dando vueltas en la mirada de la ciencia como uno de esas incógnitas que difíciles de responder y que ahora se puede decir que finalmente tiene una respuesta: sí, la música afecta a nuestro organismo y sobre todo si somos nosotros quién la producimos.
Es que como se conoce a través de la historia, la música nos acompaña desde aquellos pequeños y primitivos pasos que dio la humanidad a lo largo del tiempo. Sea con rústicos y muy precarios instrumentos, las personas se dieron a la tarea de crear algo que representaba entre muchas cosas, una caricia al alma, una forma de no sentirse tan sólo y de expresar las millones de emociones del ser humano creando arte: la música.
Así, con el paso del tiempo la humanidad fue creando nuevas herramientas para expresar esas emociones con mayor precisión, sobre todo con la aparición de los trovadores, esos expertos en crear letras que relataban los eventos como batallas, épicos eventos de los famosos héroes nacionales, así como darle un marco a grandes obras teatrales que sin dudas hacían de algunos de los entretenimientos más famosos de las mejores épocas de la música.
Claro que luego con la llegada del renacimiento, la música alcanzó un pico que difícilmente vaya a ser superado en el resto del tiempo que tiene la humanidad por delante, ya que la aparición de grandes músicos como Johann Sebastian Bach, Beethoven, Chopin y Mozart entre muchos otros, la música alcanzó un momento que hoy es conocido como los “Clásicos de la música”.
La música cambia el organismo
Los primeros descubrimientos sobre la relación entre la música y la salud tenían que ver con las emociones. El hecho de cambiar el estado de humor, generalmente para mejorarlo, tiene un efecto muy positivo para la salud en contrarrestar algo muy negativo que es el estrés. Según diversas investigaciones, escuchar música que nos gusta puede reducir en gran medida las cargas de estrés diarias y así evitarnos problemas cardiovasculares asociados.
Pero el gran descubrimiento más reciente que asoció a la música con la ciencia es el que señala que aprender a tocar un instrumento musical tiene un gran impacto en nuestro sistema nervioso, así como en todo el aparato cognitivo. Es que según los estudios que brindaron estas declaraciones, tocar un instrumento ayuda a evitar problemas como la demencia, Alzheimer y muchas otras enfermedades relacionadas al cerebro.
Es una excelente noticia en momentos de la historia como estos, en los que se puede aprender a tocar una guitarra a través de cualquiera de los cursos online que existen. Es que además de ser muy prácticos y permitirnos realizarlos desde la comodidad del hogar, también brindan la posibilidad de realizarlos en el momento que se guste.
Sea que seamos un entusiasta del piano (un instrumento muy difícil) o algo más avanzado como el violín, lo importante es conocer que aprender a tocarlos traerá múltiples beneficios, no sólo para las personas que llevan adelante las notas, sino para aquellas personas que se reúnan como en antaño a escuchar el arte que se aprendió a tocar.
