Hoy en día la salud mental es una de las áreas más desatendidas en los sistemas públicos de salud a nivel global. Según la Organización Mundial de la Salud, en países de ingresos bajos y medios, como México, más del 75% de las personas que sufren de trastornos mentales, neurológicos y por consumo de sustancias no reciben ninguna clase de atención médica.
El Día Mundial de la Salud Mental es una conmemoración global que pretende informar a la población sobre la relevancia de cuidar la salud mental, combatir los prejuicios que existen alrededor de ella y evitar que las personas que sufren de padecimientos mentales lleguen a extremos de gravedad como consecuencia de la falta de tratamiento médico y empatía social.
Entre los padecimientos mentales más comunes en México destacan la ansiedad y la depresión, los cuales representan una grave problemática de salud pública en nuestro país. Especialistas coinciden que la depresión y la ansiedad son enfermedades mentales que de no recibir atención médica oportuna pueden prolongarse por años, causando secuelas irreversibles en el funcionamiento cerebral y la muerte por suicidio.
A nivel nacional, el Instituto Nacional de Geografía, Estadística e Informática (INEGI) señala que 1 de cada 3 mexicanos reporta haber experimentado emociones depresivas de manera cotidiana; sin embargo, solo el 5% de la población tiene acceso a tratamiento médico para atender enfermedades mentales.
El caso queretano
Si bien las cifras oficiales reflejan un escenario más conservador, el Instituto de Neurología, Neurocirugía y Enfermedad Cerebrovascular (INNECeV), I.A.P, con sede en el Hospital StarMédica Querétaro, señala que en la actualidad 1 de cada 4 queretanos presenta síntomas de depresión y ansiedad.
“Uno de los retos relacionados con la salud mental más importantes que los especialistas enfrentamos actualmente en el estado es la oportunidad de llegar al diagnóstico. El prejuicio social imperante, que señala a las personas con depresión como débiles o inmaduras, dificulta seriamente que el paciente asuma su problema como una enfermedad y acuda al médico para recibir tratamiento, especialmente cuando se abordan poblaciones en el medio rural”, señala la doctora Nelcy Oñate, especialista en neuropsiquiatría del Instituto de Neurología, Neurocirugía y Enfermedad Cerebrovascular (INNECeV), I.A.P.
Especialistas señalan que aún cuando en el estado se han llevado a cabo esfuerzos públicos importantes para atender el tema, tales como la promulgación de la Ley de Salud Mental en 2017 y la conformación de la Red Estatal de Salud Mental en 2019, la cobertura e información recibida por la población continúan siendo insuficientes; por lo que resulta crucial continuar impulsando campañas de comunicación para la salud con el fin de combatir el prejuicio social que dificulta el acceso al tratamiento , especialmente en municipios como Amealco de Bonfil, Cadereyta de Montes y Pinal de Amoles.
“En Querétaro existe un serio problema de subdiagnóstico, la mitad de los casos de depresión y ansiedad no se diagnostican y solo la mitad de los diagnosticados recibe tratamiento médico. Esa es una de las razones por las que la tasa de muerte por suicidio ha crecido de manera alarmante en el estado en los últimos tres años”, alerta la doctora Anel Carrillo, especialista en neuropsiquiatría del Instituto de Neurología, Neurocirugía y Enfermedad Cerebrovascular (INNECeV), I.A.P.
Reconocer los síntomas a tiempo, la clave
Reconocer los síntomas de depresión y ansiedad es crucial para diferenciarlos de la tristeza común, actuar a tiempo y salvar vidas. Las personas que sufren de estos padecimientos mentales no están solas, si tú eres una de ellas te compartimos algunos consejos prácticos de expertos en salud mental que pueden ayudarte a entender mejor tu situación y recuperar tu calidad de vida.
1.— Reconoce tus síntomas.
El punto de partida es reconocer qué es lo que te está pasando. Si en los últimos meses has perdido el apetito; tu rutina de sueño se ha visto alterada; has perdido el interés en tus hobbies, la escuela o el trabajo; has incrementado el consumo de alcohol u otras drogas recreativas; te sientes profundamente solo, angustiado y te ves envuelto en espirales de pensamientos negativos que parecen no tener fin, estás sufriendo de ansiedad o depresión.
“En mi caso la señal de alerta que me hizo saber que tenía un problema no fue mental sino física, pues comencé a sentir fuertes dolores en el pecho y problemas de respiración que en más de una ocasión me hicieron pensar que estaba sufriendo un infarto. Cuando el médico descartó cualquier afección cardiaca me comentó que lo que estaba experimentando eran ataques severos de ansiedad, por lo que me recomendó consultar a un especialista.
Siempre tuve miedo de asumir mi propia vulnerabilidad, de modo que asumí erróneamente que podría superar mis ataques de ansiedad sin ayuda”, relata Guillermo N., de 32 años, quien vive con Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG).
“Dejé pasar los síntomas y ataques de ansiedad por varios meses hasta que sufrí una crisis de despersonalización tras una discusión de pareja. Poco tiempo después la ideación suicida comenzó a inundar mi mente. Recuerdo que una mañana me miré al espejo y no me reconocí, sentí como si todas las cosas que solían gustarme de mí mismo ya no estuvieran ahí; fue entonces que toqué fondo y acudí al psiquiatra”, concluye Guillermo N.
No te avergüences de lo que estás sintiendo, no te sientas culpable, no eres una persona débil o inmadura. La depresión y la ansiedad son problemas de salud serios que debes atender para recuperar tu calidad de vida.
2.— Rememora si ya has pasado por esto.
“La mayoría de las enfermedades mentales, como la depresión y la ansiedad, inician cuando somos niños o jóvenes. Al comenzar un tratamiento puntual para atender las causas que te mantienen en una espiral de pensamientos negativos, es importante hacer un recuento de cómo funciona tu dinámica familiar y si alguna vez te has autolesionado, así como de la manera en la que la tolerancia a la frustración y la regulación emocional han funcionado en otras etapas de tu vida”, señala el doctor César Aurelio Velázquez, especialista en paidopsiquiatría del Instituto de Neurología, Neurocirugía y Enfermedad Cerebrovascular, I.A.P (INNECeV).
Sé honesto al recordar los eventos traumáticos que te han sucedido en el pasado, ya que éstos pueden tener un efecto más importante del que estimas en la situación por la que estás pasando ahora mismo.
3.— Reconoce los factores que te hacen daño y haz algo al respecto.
A tu alrededor pueden existir diversos factores asociados a la soledad, desesperación y angustia que estás experimentado. Es necesario que te des la oportunidad de descubrir cómo te hacen sentir las personas y circunstancias con las que convives diariamente.
Analiza la interacción con tus padres, familiares, amigos, jefes o profesores, compañeros de escuela o trabajo, con el lugar donde vives, las sustancias que consumes y asume la responsabilidad de cortar los lazos que provocan o agudizan las emociones negativas que estás viviendo.
Debes saber que el estrés social, familiar, económico y laboral son factores que pueden agravar tus síntomas, por lo es imprescindible atenderlos de raíz. Es importante que sepas que los entornos sociales saludables y las dinámicas de diálogo y apoyo existen y puedes encontrarlas para ti.
Desprenderse de las relaciones tóxicas es un proceso que requiere disciplina; no tengas miedo, la única relación indispensable en tu vida es la que llevas contigo mismo. Los cambios son un proceso, celebra y reconoce tus avances aunque te parezcan pequeños, un paso a la vez.
4.— Busca alguien con quien hablar.
Es necesario que te des la oportunidad de compartir cómo te sientes de manera abierta y honesta. Para ello es importante que vayas más allá de tu entorno social y familiar y encuentres un interlocutor profesional, objetivo e independiente, como un médico, un psicólogo, un consejero espiritual o un grupo de apoyo.
El suicidio es la expresión más extrema de la depresión y la ansiedad. Llegar ahí es evitable, tras la ansiedad y la depresión atendidas, hay esperanza. “Si te sientes ansioso o deprimido no sientas vergüenza de hablarlo abiertamente, lo más importante que debes saber es que no estás solo. Recibir tratamiento fortalecerá tu capacidad para llevar a cabo los cambios y medidas necesarios para sanar y seguir adelante con tu vida”, apunta la doctora Nelcy Oñate, especialista en neuropsiquiatría del Instituto de Neurología, Neurocirugía y Enfermedad Cerebrovascular, I.A.P (INNECeV).
5.— Date la oportunidad de descubrir nuevas cosas.
Cuando descubrimos algo nuevo que nos gusta, sentimos una pequeña chispa o impulso revitalizador que nos anima, cuestiona lo que sabemos y nos motiva a adentrarnos en nuevas experiencias.
Una manera eficiente de hacer frente a la secuencia de pensamientos ansiosos y depresivos es darte la oportunidad de descubrir nuevas actividades, espacios y personas. Si no tienes dinero, no te preocupes, no es necesario gastar; siempre existen algunas alternativas gratuitas como clubes de lectura, coros comunitarios, grupos de corredores o clases gratuitas de baile y otras actividades que se organizan en parques y plazas públicas.
Recuerda que todas las emociones son pasajeras. Adquirir el hábito de salir a caminar, hacer un poco de ejercicio o hablar con personas nuevas te será muy útil para hacer frente a las emociones negativas.
6.— Aprende a romper la secuencia de pensamientos depresivos.
“Los pensamientos depresivos se vuelven un vicio. Si te dejas llevar llegas a un punto donde no puedes parar haciendo el abismo cada vez más profundo”, comparte Alberto N., de 34 años, sobreviviente del Trastorno Depresivo Mayor (TDM).
Desarrollar hábitos positivos para romper la secuencia de pensamientos negativos se convertirá en tu kit de primeros auxilios para hacer frente a la depresión y la ansiedad.
Es crucial que aprendas a reconocer esos pensamientos negativos con honestidad, pues eventualmente seguirán llegando a tu mente para detonar esas espirales que te atrapan. Sin embargo, serán menos frecuentes y profundos en la medida que recurras a nuevos ambientes, gustos y actividades para neutralizarlos.
“A 4 años de que la depresión me llevara a un intento de suicidio, vivo una vida diferente; dejé la ciudad, regresé a un trabajo que me hacía feliz, me mudé a la playa y decidí nunca más anteponer las necesidades emocionales de otros a las mías.
A veces los pensamientos depresivos llegan de pronto, pero me doy cuenta de todo lo que he hecho por mí mismo para cambiar mi vida y la felicidad que siento por ello hace que no me afecten como antes. Lo mejor que hice fue asumir la responsabilidad de mi salud mental y cortar de tajo con lo que me hacía daño, dejar atrás el entorno que me hacía sufrir tanto al grado de querer acabar con mi vida. Pasar por lo que pasé me hizo darme cuenta de que la única felicidad de la que soy responsable es la mía”, concluye Alberto N.
Hay esperanza para comprender tu depresión y ansiedad, aprender de ellas y continuar con tu vida. Si las emociones negativas te llevan a pensar constantemente en acabar con tu vida, necesitas ayuda urgente. Acércate a la Línea de Vida (800 911 2000) del gobierno federal o vía WhatsApp a la consejería en neuropsiquiatría y neuropsicología del Instituto de Neurología, Neurocirugía y Enfermedad Cerebrovascular, I.A.P —INNECeV— (442 227 5067) para recibir orientación sin costo.
Acerca del Instituto de Neurología, Neurocirugía y Enfermedad Cerebrovascular (INNECeV), I.A.P:
El Instituto de Neurología, Neurocirugía y Enfermedad Cerebrovascular (INNECeV), I.A.P es una organización médica de asistencia privada, líder nacional en el ámbito neurocientífico. Con sede en el Hospital StarMédica Querétaro, el INNECeV brinda atención médica privada a pacientes de todo el país, genera investigación neurocientífica y asiste a pacientes que no cuentan con los recursos económicos necesarios para cubrir el tratamiento de padecimientos neurológicos complejos.
