Las bebidas energéticas contienen estimulantes que poseen grandes concentraciones de cafeína, guaraná y taurina, las cuales aceleran la hidratación, lo que es útil para los deportistas, sin embargo, su alto consumo puede provocar dolor de cabeza, insomnio y malestar gastrointestinal.
Así lo aseguró Marbella Arellano Aguilar, jefa de Enseñanza y Dietoterapia del Hospital General Regional (HGR) No. 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Querétaro, quién señaló que estas bebidas ya no se limitan al círculo deportivo.
Dijo que hoy se venden como productos asociados a la fiesta y a la recreación, por lo que son altamente consumidas en bares y discotecas por jóvenes que desean tener una cantidad extra de energía, pero esto puede producir un efecto no deseado en la salud.
Recomendó que estas bebidas no deben ser consumidas como refrescos, no deben ser utilizadas por diabéticos, hipertensos y cardiópatas; no deben consumirse al mismo tiempo que algún medicamento y mucho menos mezclarse con alcohol.
Las bebidas energéticas mezcladas con alcohol son “bombas cardíacas”, ya que pueden llegar a causar taquicardia y temblores, así como daños severos al riñón, hígado y el sistema circulatorio.
La mayoría de las bebidas vendidas como energéticas contienen cierta concentración de carbohidratos (glucosa, sacarosa, maltodextrinas, fructosa o galactosa). Hay que tener cuidado con ellas porque si hay una alta acumulación pueden producir la reducción de la tasa de líquidos absorbidos desde el intestino hacia la sangre y consecuentemente impedir la rehidratación durante el ejercicio, además de producir malestar gastrointestinal.
El IMSS aconseja a los derechohabientes que tomen en cuenta que para ingerir estas bebidas se requiere de un nivel alto de actividad física y una buena alimentación, ya que una bebida energética por sí sola nunca sustituirá a estos elementos. Es por ello que se recomienda un cambio de hábitos con el fin de cuidar su salud.