La segunda dosis de la vacuna contra la Covid-19 induce a un poderoso impulso dentro del sistema inmunológico el cual proporciona una amplia protección antiviral. Estos datos fueron hallados por un grupo de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford en Reino Unido.
De acuerdo con el estudio publicado en la revista Nature, el esquema fue diseñado para averiguar los efectos de la vacuna comercializada por Pfizer en los numerosos componentes de la respuesta inmune. “A pesar de su eficacia, poco se sabe sobre el funcionamiento exacto de las vacunas tipo ARN”, expresó Bali Pulendran, profesora de patología y microbiología de Stanford.
Los investigadores analizaron muestras de sangre de individuos inoculados con la vacuna, contaron los anticuerpos y midieron los niveles de proteína. Estas cifras dieron como resultado una clara señal del sistema inmune y la caracterización expresada de cada gen en el genoma de 242,479 células inmunes separadas.
Hoy en día, la atención del mundo está centrada en las vacunas contra la Covid-19, particularmente en las nuevas vacunas de ARN. Por tanto, Pulendran y su equipo de trabajo evaluaron todos los tipos de células inmunes influenciadas por la vacuna.
Uno de los componentes clave del sistema inmunológico examinado fueron las células T, las encargadas de buscar y destruir las células inmunes que no se adhieren a las partículas virales. “Este tipo de células sondean los tejidos del cuerpo en busca de células que lleven signos reveladores de infecciones virales, al encontrarlos rompen sus células”, detalló Pulendran.
Cuando el sistema inmune responde a la primera dosis de la vacuna, las células T son las primeras en tomar conciencia de la presencia de un patógeno. Aunque no son buenas para distinguir patógenos separados, si secretan proteínas de señalización para lanzar una respuesta del sistema inmunológico adaptativo.
Se necesita al menos una semana para que el sistema inmunológico adaptativo se acelere y las células inmunitarias innatas realicen la tarea crítica de mantener en la línea a cualquier virus. Esta es una primera fase de la vacuna, por tanto, no debe omitirse una segunda dosis, pues es la que reforzaría el proceso de inmunidad.
Pulendran explicó que la segunda inyección tiene poderosos efectos benéficos que superan con creces los de la primera inyección. “Un aumento en múltiples niveles de anticuerpos, respuesta excelente del T-cell y un aumento en la inmunidad de respuesta son los beneficios de una segunda dosis“.
En tanto, la profesora de la Universidad de Stanford explicó que la vacuna particularmente la segunda dosis causó una movilización masiva de grupos de células escasas o quietas. El aumento en la frecuencia de estas células, solo un día después de la inmunización de refuerzo fue considerable ya que se expandieron 100 veces más en el torrente sanguíneo.
Para los científicos, la aplicación de una segunda dosis es vital para evitar cortar los procesos de inmunización en las personas. Ello podría significar montar una acción de retención no solo contra el SARS-CoV-2, sino también contra otro tipo de virus.
NotiPress/Andrés Zimbrón