Hay que admitirlo, todos los humanos somos bastante raros y tenemos nuestras propias peculiaridades y manías, ¿verdad? Hay cosas que hacemos cuando nadie nos ve que se alejan de lo habitual, y que si alguien nos viera, sería el fin de nuestras vidas. Y quien diga lo contrario, ¡miente!
¡Qué pena! Todos deberíamos poder actuar de la forma que más nos apeteciera sin miedo al qué dirán o a ser juzgados. Más aún si tenemos en cuenta que todos tenemos nuestro “lado oscuro”, en el que cuando nadie nos ve, actuamos como somos nosotros mismos realmente. ¿No crees?
De hecho, te apostamos a que has hecho TODAS las cosas que hemos incluido en esta lista que te mostramos a continuación. Si nos dices que no, solo pueden ocurrir dos cosas; que mientas o que te dé vergüenza admitirlo, o que entonces no eres humano, y eso… ¡Es más raro todavía!
De modo que si te pica la curiosidad y quieres saber a qué cosas nos referimos, presta atención y toma nota. Al final del post, sé sincero y reconoce cuántas de estas cosas has hecho cuando has estado solo y nadie te veía. Seguro que más de una.
Husmear en las redes sociales de otras personas
Husmear en las redes sociales de otras personas es todo un clásico y algo muy común, que absolutamente todos hemos hecho, especialmente con aquellas personas que o te gustan, o que por el contrario, te caen mal.
En la red hay multitud de aplicaciones que aseguran que pueden mostrarte quién o quiénes visitan tu perfil de Facebook o incluso poder averiguar las contraseñas, que realmente son virus, y en los que muchos han caído en la tentación. ¿Eres tú uno de ellos?
De hecho, poder husmear y cotillear a otras personas es una de las claves del éxito de las redes sociales, que hacen que todos estemos enganchados y aprovechemos cualquier ocasión para observar a esa persona que nos interesa, ya sea porque nos gusta o porque no aguantamos.
Mirarte en el espejo
Mirarte en el espejo es otro clásico. ¿Quién no se ha puesto a hacer caras extrañas delante del espejo? ¿O quién no ha estado admirando sus abdominales durante horas? O incluso practicar poses dignas de una portada de revista.
Ponerse delante del espejo y mirar cada una de las zonas de nuestro cuerpo es un clásico cuando estamos a solas, y en esta ocasión, sí que tenemos claro que quien diga lo contrario miente. Básicamente porque es imposible resistirse.
Explorar cosas nuevas
Admítelo. Siempre que estás solo y sabes que no vas a recibir ninguna visita y que nadie te va a molestar, apetece practicar un poco la autoexploración, con el objetivo de disfrutar cosas nuevas que puedan gustarnos y que hasta el momento desconocíamos por completo.
Porque hay que reconocer que el autoplacer es muy placentero, nunca mejor dicho, y nunca está de más para amenizar esos ratos en los que estamos solos y nos encontramos algo aburridos. Además, el autoplacer es una gran manera de subir nuestra autoestima y sentirnos mucho mejor con nosotros mismos. ¿No crees?
Hay que reconocer. Y desde aquí, si quieres intentar algo nuevo y practicar el autoplacer, te recomendamos probar con juguetes sexuales fuera de lo común. Las posibilidades son innumerables, pero por nuestra experiencia, podemos asegurar que el plug anal es perfecto. Y cuando lo pruebes entenderás por qué.
Muy placentero y divertido, además es un juguete sexual apto tanto para hombres como para mujeres que quieran probar nuevas experiencias y piensen en explorar esta zona erógena, que aunque es muy diferente, te garantizamos que es muy placentera. Y por supuesto, se puede disfrutar tanto en solitario como en pareja. ¿Qué más se puede pedir?
Comer o beber directamente del envase
Todos sabemos que a la hora de comer o beber, lo correcto es utilizar un plato o un vaso, y siempre que estamos con gente así lo hacemos. Pero hay que reconocer que cuando estamos solos, no hay nada tan placentero como comer o beber directamente del envase.
Puede costar reconocerlo, pero la realidad es que esto lo hacemos muchas más veces de lo que admitimos. De hecho, estamos plenamente convencidos de que a todos en algún momento de la vida lo hemos hecho, ya sea por pereza de después de tener que fregar el plato, o sencillamente porque nos gusta más.
Ir al baño con la puerta abierta
Y por último, otro de los grandes placeres que podemos disfrutar cuando estamos solos es ir al baño con la puerta abierta. Porque obviamente, cuando estamos con gente en casa, siempre cerramos la puerta, a no ser que haya mucha confianza. Pero, cuando estamos solos, ¿por qué vamos a cerrarla? Hay que disfrutar de este placer mientras se pueda.
¿Has hecho alguna de estas cosas? Seguro que sí, así que comparte con nosotros cuántas y dónde las has hecho.
