El ajedrez educativo se posiciona como una herramienta eficaz para reducir el aislamiento y prevenir cuadros de ansiedad en menores y adolescentes con altas capacidades intelectuales, reveló Federico Silva durante una ponencia reciente. Silva, coordinador general del Proceso Integral para el Desarrollo de las Altas Habilidades Intelectuales (PIDAHI) en el DIF de Ciudad de México, detalló cómo esta disciplina favorece el desarrollo emocional en menores que suelen ser incomprendidos por su entorno.
Durante su intervención en el Centro de Desarrollo Integral para Sobredotados (CEDIS) el 5 de julio de 2025, el especialista explicó que uno de los principales retos en la atención a infancias con altas capacidades es el aislamiento social. “Si te aíslas y si prefieres, en lugar de jugar fútbol o alguna actividad en grupo, leer un libro […] el aislamiento te genera ansiedad, te genera depresión y en algunos de los casos más extremos te genera sentimientos o deseos de suicidio”.
A través de dinámicas pedagógicas basadas en el ajedrez, el programa PIDAHI busca reducir esas barreras sociales. Según el especialista, al incorporar esta disciplina en los talleres psicoeducativos, los participantes desarrollan habilidades de autorregulación emocional, tolerancia a la frustración y manejo de la impulsividad. Estas competencias, explicó, son fundamentales para facilitar su integración a entornos sociales diversos.
Ajedrez como herramienta educativa
El experto puntualizó que el ajedrez educativo no se enfoca en formar campeones, sino en fortalecer habilidades para la vida. “No me importa que memoricen cuántas aperturas hay […] lo que yo busco es el desarrollo del ajedrez educativo que permite que todo esto se ponga de manifiesto en los niños y niñas”.
Además, en su charla a la que NotiPress obtuvo acceso, destacó que el ajedrez ofrece un entorno estructurado y predecible, características especialmente beneficiosas para niños con neurodivergencias. “El ajedrez ofrece un entorno estructurado, predecible y estimulante que lo convierte en una herramienta ideal para personas neurodivergentes”.
Las estrategias implementadas en el programa incluyen actividades que enseñan a los menores a seguir instrucciones, respetar turnos y crear normas grupales. De esta manera, se fomenta un espacio seguro que propicia la socialización entre pares con niveles similares de capacidad intelectual, reduciendo así el sentimiento de “ser diferentes”.
También abordó cómo el ajedrez ayuda a los niños a entender y aceptar la derrota. “Perder no te hace tonto. Hay dos formas en las cuales tú no ganas: la primera es que pierdas y eso significa que te esforzaste al máximo, pero hay alguien mejor que tú; o que tú pierdas, que no te esforzaste al 100”.
Para reforzar su mensaje, compartió el caso de Faustino Oro, niño argentino considerado prodigio del ajedrez, quien recientemente enfrentó al campeón mundial. “Faustino tiene 11 […] y le costó una barbaridad para ganarle a Faustino, se los juro, pero una barbaridad. Estaba sudando porque no podía con Faustino”.
Silva concluyó que el verdadero objetivo del ajedrez educativo no es la competencia, sino la formación integral. Subrayó que esta disciplina permite traducir habilidades cognitivas en herramientas sociales concretas, promoviendo infancias más equilibradas, con mayor tolerancia a la frustración y capacidad de adaptación. Así, el tablero se convierte en un espacio de contención que vincula la inteligencia con el bienestar emocional y la interacción saludable con su entorno.
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NotiPress/Sergio F Cara
