La Oficina de Derechos de Autor de Estados Unidos determinó que las obras creadas exclusivamente por inteligencia artificial no pueden ser registradas bajo la legislación vigente. Según un informe reciente del organismo, las indicaciones dadas por los usuarios a un sistema de IA no son suficientes para considerarlos autores de los resultados obtenidos.
El reporte, publicado como parte de un análisis más amplio sobre derechos de autor y tecnología, concluye que los principios actuales pueden aplicarse sin necesidad de cambios en la ley. “No importa cuántas veces se revise y vuelva a enviar una indicación, el resultado final refleja la aceptación por parte del usuario de la interpretación del sistema de IA, en lugar de la autoría de la expresión que contiene”, señala el documento.
Afecta casos como el de Théâtre D’opéra Spatial, una imagen creada con Midjourney cuyo autor intentó sin éxito registrarla en la Oficina de Derechos de Autor. El rechazo se basó en que la obra no contenía una contribución humana suficiente para justificar la protección.
El informe explica que los sistemas de IA pueden generar resultados impredecibles, dificultando la determinación de autoría. Para ilustrar esta idea, la oficina mostró una imagen producida por Gemini de un gato fumando una pipa y leyendo un periódico. A pesar de las indicaciones dadas, la IA añadió elementos inesperados, incluida una “mano humana incongruente”. En contraste, la oficina mencionó el trabajo de Jackson Pollock, quien, aunque no controlaba cada gota de pintura, sí decidía la combinación de colores, la textura y la composición general de su obra. “La cuestión es el grado de control humano, en lugar de la previsibilidad del resultado”, explica el documento.
A pesar de estas limitaciones, el documento aclara que el uso de la IA como herramienta de apoyo no impide el registro de derechos de autor. “Existe una diferencia entre el uso de la IA como herramienta para ayudar a una obra creativa y la ‘IA como sustituto de la creatividad humana’”, señala el informe. En este sentido, si un autor usa IA para esbozar una historia o generar ideas musicales, la obra final puede ser protegida siempre que sea desarrollada y expresada por un humano.
La oficina también indica que si un artista introduce su propio trabajo en un sistema de IA para modificarlo, podría obtener protección bajo ciertas condiciones. Por ejemplo, si un ilustrador usa IA para agregar efectos tridimensionales a una imagen original, los elementos generados por IA no estarían protegidos, pero la “expresión humana perceptible” en la obra seguiría siendo registrable.
Asimismo, las obras que combinan contenido generado por IA con modificaciones creativas humanas podrían recibir derechos de autor. “Una película que incluye efectos especiales o ilustraciones de fondo generadas por IA es susceptible de derechos de autor, incluso si los efectos de IA y las ilustraciones por separado no lo son”, sostiene el análisis. En estos casos, la protección se concede en función del nivel de intervención humana y la originalidad de la obra resultante.
El documento también analiza si las indicaciones textuales dadas a la IA pueden ser protegidas. En general, las compara con “instrucciones” que comunican ideas, las cuales no están sujetas a derechos de autor. No obstante, la oficina reconoce que algunos mensajes particularmente creativos podrían incluir “elementos expresivos” justificando una protección legal limitada.
Si bien la actual legislación rechaza el registro de obras creadas exclusivamente por IA, la Oficina de Derechos de Autor no descarta un cambio en el futuro. Sin embargo, hasta el momento, considera que las indicaciones textuales dadas a la IA no determinan con precisión los elementos expresivos del resultado final.
NotiPress/Martín Olivera
