Como parte de las actividades del cuerpo académico de Biotecnología Sustentable, la investigadora María de Jesús García Gómez, de la Universidad del Papaloapan (Unpa), campus Tuxtepec, inició un estudio sobre la producción de péptidos bioactivos obtenidos a partir de las proteínas del forraje de amaranto. Con este proyecto, la especialista busca brindar un valor agregado a los residuos generados por la cosecha de amaranto, mediante el uso de las proteínas presentes en este desecho agroindustrial.
El cuerpo académico de Biotecnología Sustentable está conformado por la doctora Laura Patricia Ramírez, experta en enzimología, el doctor Oscar Núñez, especialista en biocontrol, y la doctora María de Jesús García, del área de biotecnología alimentaria, todos ellos catedráticos de la Unpa.
El análisis sobre las actividades biológicas de las proteínas del residuo de amaranto pertenece a la línea de investigación Aislamiento y producción de biomoléculas con aplicaciones biotecnológicas, y tiene como propósito usar los residuos agroindustriales que ya no se utilicen o de bajo valor agregado.
Efecto invernadero
En esta investigación, la especialista trabajó con el forraje del amaranto (Amaranthus hypochondriacus), el cual es un subproducto de la explotación del grano de amaranto. De acuerdo con la doctora María de Jesús García, este tipo de desecho habitualmente se deja en el campo y genera gases de efecto invernadero, motivo por el cual decidieron trabajar con esta especie vegetal.
Explicó también que los péptidos bioactivos son secuencias de aminoácidos que poseen una actividad biológica comprobada, tras ser liberados de las proteínas, mediante hidrólisis química o enzimática. Algunas de las actividades de los péptidos de las proteínas del forraje de amaranto que se han estudiado son la inhibición de la enzima convertidora de angiotensina relacionada con el tratamiento en hipertensión arterial e insuficiencia cardiaca y la actividad antioxidante.
Valor agregado
Regularmente, el amaranto es cosechado dos veces por año, proceso en el que solo es tomada la semilla, y la planta permanece en el campo hasta que marchita. En muchos de los casos, este forraje es ocupado como alimento para ganado.
El proyecto de la Unpa propone utilizar los péptidos bioactivos presentes en el forraje de amaranto para su aislamiento, estudio y adición en alimentos. En relación con el proceso de obtención, la doctora María de Jesús García explicó lo siguiente: “Inmediato a la cosecha, el forraje se seca y muele para la obtención de la harina. A partir de esta se extraen las proteínas mediante precipitación isoeléctrica que consiste en la modificación. Posteriormente, se recurre a un proceso de hidrólisis enzimática, en donde las proteínas se mezclan con enzimas proteolíticas específicas para la ruptura de los enlaces peptídicos para obtener un hidrolizado, que a continuación se fracciona en diferentes pesos moleculares”, detalló la experta.
Para la obtención de los resultados preliminares de este proyecto han participado Alma Xóchil Ávila Alejandre, posdoctoranda; Ofelia Ramírez Isidro, estudiante de maestría; Ana Luisa Gómez Gómez, tesista de licenciatura; Mayra Moreno Jiménez, Manuel de Jesús Díaz Castillo y Vianey Rivera Campero, estudiantes de licenciatura.
Más adelante planean presentar un estudio de factibilidad a productores de la región para que utilicen esta información para brindar mayor valor agregado a su producto, mismo que podría ser adicionado en alimentos, en cuanto se estudien las matrices alimentarias afines a los péptidos obtenidos.
Por: Dioreleytte Valis
Vía: Agencia Informativa Conacyt