La pandemia ha traído una gran cantidad de cambios a nuestras vidas, en el caso de las madres trabajadoras el cambio es que muchas de ellas actualmente laboran en casa. Lo que ha provocado que el rol de las mujeres en esta nueva realidad se haya intensificado, ya que tienen que prestar atención al mismo tiempo a su trabajo, a su familia, y cumplir todas las nuevas responsabilidades que ahora tienen, como el home schooling, hacer de comer, entretener a los niños, etc.
Es por eso que miles de madres alrededor del mundo hoy en día padecen el Síndrome Burnout derivado del estrés y agotamiento acumulado. El Síndrome Burnout es una reacción fisiológica que presenta el ser humano que ha estado sometido a un estrés muy intenso por un tiempo prolongado, tanto física como emocionalmente. Las madres suelen tener este síndrome cuando llevan una gran carga en ámbitos como la crianza de los niños, las responsabilidades domésticas y el trabajo remunerado.
Desde antes de la pandemia las mujeres históricamente han dedicado gran parte de su vida a tareas domésticas y de crianza, y con la pandemia esta situación ha empeorado. De acuerdo con la OCDE, las mujeres mexicanas llevan a cabo más del 75% de los quehaceres del hogar, incluyendo las tareas domésticas y el cuidado de los niños. Generalmente las mujeres dedican en promedio 39.7 horas a la semana a labores domésticas, un trabajo que no es remunerado. Mientras que los hombres dedican 15.2 horas semanales a las tareas domésticas.
Otro factor que ha provocado que las mujeres sufran de estrés en esta pandemia es la falta de empleo. De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (INEGI) en julio de 2020 había 3 millones de mujeres ocupadas menos que en el mismo mes en 2019.
Las mujeres trabajadoras han sido las más afectadas con la pandemia, ya que la mayoría se empleaban en actividades que fueron consideradas como no esenciales. Sin embargo, a la par que se reducen los ingresos laborales para las mujeres existe un aumento en el trabajo doméstico no remunerado y de cuidados. En el segundo trimestre de 2019, en promedio, las mujeres dedicaron 19.4 horas semanales a ellos y los hombres 9.7 horas, mientras que en abril de 2020 las mujeres reportaron 25.7 horas y los hombres 12.5 horas.
“Ante la urgencia de conseguir un empleo para solventar los gastos del hogar, muchas madres trabajadoras han aceptado trabajos mal pagados, jornadas de medio tiempo, incluso algunas más han abandonado o pausado su carrera profesional para dedicar más tiempo al cuidado de sus hijos e hijas, pues con el cierre de las guarderías y escuelas, no tienen otra opción”, comenta Aideé Zamorano, la fundadora de Mamá Godín.
En México alrededor de 6 de cada diez mujeres han sido las responsables del trabajo doméstico y de cuidados durante el confinamiento, frente a 4 de cada 10 hombres, de acuerdo con datos del INEGI.
Los datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) muestran que en el mundo las mujeres realizan 3 horas diarias de trabajo remunerado y 4.4 horas de labores de cuidados no remuneradas, mientras que los hombres suman 5.4 y 1.4 horas, respectivamente.
“Diariamente, madres y padres trabajadores sortean el cuidado de los hijos entre video llamadas y pendientes del trabajo, además de apoyarlos con las tareas escolares, clases virtuales, sumado a los quehaceres domésticos cotidianos”, asegura la Fundadora de Mamá Godín,. De acuerdo con las cifras de la Organización Internacional del Trabajo, a nivel mundial, 56% de las mujeres y 51% de los hombres incrementaron el tiempo que dedican a tareas de cuidado no remuneradas.
Otros motivos por los cuales las mamás trabajadoras son propensas a padecer de Síndrome Burnout es que en México el 30% de los hogares están a cargo de mujeres trabajadoras, de acuerdo con el INEGI. Además, en promedio las mujeres ganan 30% menos que los hombres en México. Aunado a esto, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) algunos países han registrado a raíz de la pandemia altas tasas de síntomas de ansiedad (6-51 por ciento), de depresión (15-48 por ciento), trastorno de estrés postraumático (7-54 por ciento) y sufrimiento psicológico no específico (34-38 por ciento).
De acuerdo con la encuesta ENCOVID19 Infancia realizada por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la pandemia está afectando negativamente todos los aspectos de las vidas de niñas, niños y adolescentes en México, particularmente en el caso de los más pobres. Entre abril y julio, más del 30% de la población mayor de 18 años presentó síntomas severos de ansiedad según los resultados de la encuesta, pero el porcentaje de personas con síntomas severos es mayor en los hogares con dos o más infantes, frente a los hogares sin niñas o niños: 35% versus 27%.
Los síntomas que presentan quienes padecen Síndrome Burnout son: dolores de cabeza intensos, dolores articulares, dolores musculares, trastornos gastrointestinales, insomnio, cansancio, aislamiento, sensación de soledad, depresión, frustración, ansiedad, problemas de concentración y ganas de llorar.
Durante la pandemia las madres han presentado más dicho síndrome por tratar de cubrir con todos sus roles y hacerlos lo mejor posible, lo que las hace sentir agotadas y llenas de estrés. En estos casos lo que se recomienda es que las mamás busquen ayuda, platiquen con personas que están pasando por lo mismo para que se desahoguen y se dediquen tiempo a sí mismas.
Las madres trabajadoras no tendrían que hacer todo ellas solas. Es necesario que las empresas sean empáticas con las realidades familiares que enfrentan sus colaboradoras y pongan en práctica estrategias que ayuden a tener un mejor ambiente laboral, además de impulsar la participación del hombre en las tareas familiares. “Las empresas deben reconocer todos los desafíos que sortean las madres y padres trabajadores, actuar activamente para que sus colaboradores puedan continuar con su desarrollo profesional”, señala Zamorano.
Por otro lado, la familia y todos los que cohabitan en un mismo espacio deberían participar en la coordinación de las rutinas diarias, sean hombres, mujeres, niños o adultos mayores, esto reduciría enormemente la carga de las mujeres.
Todas las mujeres deben estar sanas para seguir creciendo profesional y personalmente, por lo que es indispensable que no toda la carga de la crianza y las labores del hogar recaiga sobre ellas. Las mujeres trabajadoras necesitan tener una vida balanceada, en la que puedan disfrutar del trabajo, de sus hijos y del hogar, sin sentirse constantemente agotadas.