El círculo Rosa

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Corregidora de Noche

El mapache… radiografía de la cultura del fraude electoral en México – Parte cinco

Perdido entre la brutal honestidad relacionada a su alcoholémico estado y ese desvergonzado orgullo que brinda saberse casi intocable, el mapache no paraba de hablar, a diestra y a siniestra, sobre su labor dentro de la cotidianidad de la política mexicana.

“Sé que mi oficio es catalogado como un trabajo sucio y, como dije anteriormente, no me avergüenzo de ser quien soy y hacer lo que hago, siendo completamente honestos, alguien lo tenía que hacer ¿o no?, vaya, para que me entiendas mejor cabrón, aunque no puedo sentirme especial por haber formado parte del tinglado del control político y electoral diseñado y ejecutado por el PRI, pues me fue encomendada la misión, para bien o para mal, este oficio me ha ayudado a subsistir en este gremio, la verdad es que nunca me ha atraído mucho la idea de ocupar un puesto de elección popular, si acaso me fuera necesario hablar en mi defensa o a mi favor, …cosa que nunca sucederá, al menos no en este país, porque a nadie le interesa, ni siquiera a los propios botarates que dictan las leyes (ríe fuertemente y bebe un copioso trago de su cuba)… debo aclarar que nunca me serví de todo aquello que vi y viví, he manejado demasiadas elecciones y nunca he formado parte de ese grupo de actores políticos, esa fue una decisión personal, entonces, al menos en tu nota podrás decir que tan siquiera en esto, tuve tantita madre, ¿no?”

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Como bien ha dicho en repetidas ocasiones, los asuntos de la política en México, bien pueden compararse con un subibaja, con una montaña rusa en la que a veces se está arriba y otras más hasta abajo, el cambio es constante y el triunfo nunca estará garantizado, pero en pos de conseguir salirse con la suya, cualquier triquiñuela, baratija, crimen o jugada chueca, termina por ser justificable.

“Lo paradójico de este asunto es maravilloso, chécate nada más esto, no hace mucho, me llamaron de Querétaro porque ya tienen encima las elecciones generales y necesitan que se les mande un grupo de choque para desarticular la operación sucia de uno de los candidatos, entonces, bien se puede decir que en ésta ocasión, me toco estar del lado de los buenos ¿cierto?, ¿quién crees que me pidió el favorcito?, pues nada más y nada menos que el candidato del PRI, porque resulta que ahora el PAN, finalmente aprendió a hacer marranadas, vamos, no es que no lo hayan sabido desde mucho antes, basta recordar las porquerías que hizo Vicente Fox con la Gordillo, o las que intentó hacer Calderón para colar a su títere-esposa a la grande, no, me refiero a que finalmente se encontraron los huevos para tirar la casa por la ventana, por fin se dejaron los escrúpulos a un lado y ahora sí, tienen sed de sangre y fuego, la compra de votos, la manipulación de urnas, la compra y amenaza de representantes, todo eso ya les es familiar, ahora le están copiando todo el modelito al tricolor, por eso ya se volvieron el dolor de cabeza de los priistas y ahí sí, a mucha honra te puedo decir que fuimos nosotros los que se los enseñamos y personalmente, puedo presumir que fui parte fundamental de su alquimia electoral”

La verdadera paradoja de la tragicomedia política mexicana, radica en la manera en la que los cotos de poder internos de cada partido se manejan, cuando un mexicano común piensa en política, lo primero que se viene a su mente son los nombres de los principales partidos, así como los apellidos de los principales actores que militan en sus entrañas, la política, vista desde afuera, bien puede resumirse en tres ideologías, la derecha, la izquierda y la central, pero vista desde adentro, desde las sillas y los escritorios de cada uno de los interesados en alcanzar la presea del poder, el panorama termina por vislumbrarse más oscuro, más secreto, más truculento.

El círculo rosa

“Todos sabemos cómo se las gastan estos desgraciados, mientras alegan un profundo interés por la ciudadanía, por las comunidades vulnerables, por la juventud y la infancia y los empresarios, en lo que realmente están pensando, es en enriquecerse en el menor tiempo posible, pero sobre todo, en tejer una red político social que les garantice un puesto casi vitalicio dentro de las filas de la corrupción; te explico mejor, dentro de la política nacional hay varios niveles y grupo, incluso dentro de los mismos partidos están los que quieren que fulano gane o que zutano quede para seguir viviendo de gorra, bajo la ley del menor esfuerzo, la mayoría de estos lame suelas nunca buscan puestos superiores, se conforman con perpetuar su títulito hasta donde les sea posible, para seguirse dando una vida que ni en sueños podrían darse desde un puesto honrado y comprometido, luego están los que echan mano de los amiguismos para seguir manejando u operando distintos negocios, tanto legítimos como no legítimos e irse zafando poco a poco de aquellos que les ayudan, a quienes por cierto y muy en secreto, desprecian y pendejean a la menor provocación, también están los que van de un partido a otro, de una demarcación a otra con tal de no soltar el hueso y sus beneficios pero, también están aquellos que se caracterizan por su ambición, esos que persiguen puestos mayores, de muchísimo peso, esos son los peores porque no sólo le ponen precio a la decisión de sus votantes, sino que, pasando por alto cualquier tipo de recato y convicción, le ponen precio a su dignidad y se convierten en verdaderos prostitutos del sistema, y terminan por sumarse a lo que nos gusta llamar, el círculo rosa.

El círculo rosa está formado por un puñado de individuos que, o ya alcanzaron puestos grandes y pesados, o están en busca de colarse, a como dé lugar, en la planilla mayor del país, pero entiéndeme algo güey, este círculo es tan poderoso, tan asquerosamente poderoso que, o le entras a todo lo que ahí se hace, o te vas a la chingada, en otras palabras, para pertenecer a este selecto grupo de desgraciados, debes estar dispuesto a darle las nalgas a cualquiera, te guste o no te guste y neta, te estoy hablando de personajes de muy alto pedorraje, desde diputados locales y federales, senadores, presidentes municipales, e incluso, presidentes de la república, un sinnúmero de individuos dispuestos a acostarse y revolcarse con quien sea, a cometer crímenes atroces y a pasar por encima de quien sea, con tal de garantizar el poder”

La lista de nombres y apellidos mencionados por el mapache, es demasiado larga, ninguno de ellos le es ajeno a cualquier mexicano que pueda presumir de un mínimo conocimiento de política nacional, todos ellos con una carrera política tan larga y profunda que aún en la actualidad, podemos escucharlos ser mencionados; según Paco, la homosexualidad, real o por conveniencia, los favores sexuales, el consumo de drogas, la violencia física y sexual, la impunidad y el poder en México, son la misma cosa.

“Estos personajes tienen y han tenido desde tiempos inmemoriales, sequitos de esclavitos sexuales a los que les hacían de todo, pero en serio de todo, cosas inimaginables cabrón y, ¿por qué?, simplemente porque pueden, porque nadie les puede decir o hacer nada, porque están protegidos desde muy arriba, pero principalmente, porque prácticamente nadie, les va a decir que no.

Recuerdo que hace ya mucho tiempo, conocí en una veterinaria a un cabrón que poco a poco, a fuerza de darle las nalgas a cuanto cabrón con poder se le atravesaba, escaló rápidamente dentro de la escena política del Estado de México, me cae que ese güey hubiera podido llegar a la presidencia de la república pero, como lo agarraron en sus pendejadas, no pudo, le rompieron su madre, justo al inicio de la contienda electoral por la gubernatura en contra de Enrique Peña, le cayeron en sus oficinas con un portafolios retacado de dólares, ¡eran millones carajo! y con su carpeta de investigación en la que se encontraban las pruebas de su participación en un crimen pasional, varios negocios chuecos en los que incluso su familia estaba involucrada, e incontables declaraciones que lo señalaban como uno de los principales operadores de una red de explotación político sexual, formada por jovencitos ambiciosos y tarugos de entre los cuales, han salido varios personajes de la política actual, ¿qué hizo el tipo este?, como ya te podrás imaginar, el güey agarró los millones y puso en marcha la maquinaria de una elección perdida, ¡y el ojete no me dijo nada!, nos llevó al baile el muy hijo de la chingada, cuando mi equipo y yo nos enteramos de que había vendido la contienda, ya o había nada que hacer, no mames, habíamos trabajado durísimo para arrancar esa campaña con siete puntos arriba en contra del priista, pero así es este negocio, cuando un ojete pone el dedo en el renglón, no lo quita hasta ver realizadas las exigencias de sus patrones”

Antonio Andrade – Periodista, Escritor y Poeta mexicano
Praga – República Checa
Invierno del 2019

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