Cuando era niño veía el programa de dibujos animados “los 4 fantásticos”, si acaso nunca has escuchado sobre ellos es un grupo de cuatro superhéroes que adquirieron sus poderes en un viaje al espacio y uno de ellos es muy particular en su aspecto, “La Mole” es un hombre hecho de piedras y con un carácter especialmente agresivo, siempre era el primero en lanzarse al ataque con su furioso grito: “¡Es la hora de pelear!”.
En México en los años más recientes todos nos volvimos “La Mole” y estamos más que dispuestos a pelear, no sólo a una hora sino a todas horas, especialmente dentro del ring de las redes sociales en donde casi todos tenemos nuestros bandos rudos o técnicos, según quien lo mire; las razones para enfrentarnos tenemos de sobra y así escogemos dividirnos entre: chairos contra fifís, pro legalización del aborto contra provida, izquierdistas contra derechistas, ricos contra pobres, indígenas contra españoles, blancos contra morenos, homosexuales contra heterosexuales, generación X contra millennials, legos contra académicos, políticos contra ciudadanos, progresistas contra conservadores, laicos contra religiosos, “prianistas” contra “4teístas” o “AMLOvers”, norteños contra sureños, provincianos contra chilangos, bolivarianos contra imperialistas yankis, neoliberales contra populistas, feministas contra machistas, jóvenes contra viejos, hijos contra padres, globalifílicos contra globalifóbicos, ciclistas contra automovilistas, carnívoros contra veganos, animalistas contra taurinos y un muy largo etcétera.
En este ruido de agresiones, descalificaciones e insultos, no somos pocos los que por nuestras diferencias de ideología nos hemos distanciado o hasta confrontado con conocidos, amigos y familiares; en esta época muy pocos tienen la capacidad de guardar silencio, escuchar y reflexionar pero ¿A quiénes les beneficia todo este caos? A veces parecería que tan sólo somos peones en una partida de ajedrez donde están en juego fichas de poder político, económico y militar.
Y con todo esto cómo diría el clásico Marco Antonio Solís: “¿A dónde vamos a parar?”, ¿Vamos a pasar de los insultos y el acoso en redes sociales a los insultos y las agresiones en los lugares públicos y en los hogares? ¿Ahora le añadiremos a la violencia generada por los criminales la violencia de una guerra civil? ¿Es en verdad este el México en que queremos vivir y el futuro que queremos para nuestros hijos? Ese futuro se avizora lleno de miedo, resentimiento y desconfianza.
¿Alguna vez te has preguntado qué pasaría si dejamos de confrontarnos con los demás? No me refiero a dejar tu conciencia, tus principios y valores guardados en un baúl, pero si queremos mejorar las cosas podemos comenzar por hacernos mejores a nosotros mismos y a nuestro entorno, es más fácil expresarlo que hacerlo, lo sé, pero no es imposible; se puede comenzar por ser más amables y empáticos con las personas, más atentos con nuestras familias, pasar más tiempo con quienes son más importantes en nuestra vida y dejamos de pasar tanto tiempo pendientes del celular.
Se dice que en México estamos viviendo una polarización social pero ¿Qué no se supone que los polos opuestos se complementan y se atraen? ¿Y si dejamos de enfrentarnos y nos ponemos a pensar qué es lo mejor para todos?
¿Y si dejamos de lanzarnos al ataque gritando ¡es la hora de pelear! y nos ponemos a escuchar?
No seamos como “La Mole”, nosotros no tenemos la piel de piedra y nuestra cabeza si tiene oídos.