Esto no es solamente una opinión, es algo que también es reconocido por todas las instancias e instituciones de evaluación a nivel estatal, nacional e incluso internacional y también por la mayoría de sus habitantes.
En Querétaro a diferencia de muchas otras entidades, quienes aquí vivimos tenemos confianza y reconocemos a nuestros policías.
Los ciudadanos de bien, cuando vemos a la policía no les sacamos la vuelta, no esperamos que nos vaya a tratar de sacar una mordida y sabemos sin dudar que nos podemos apoyar en ellos si necesitamos ayuda.
Incluso es común saber de alguna felicitación que la gente hace pública por acciones encomiables como por ejemplo el apoyar a alguien a quien se le ponchó una llanta, ayudar a un adulto mayor desorientado, haber rescatado a una mascota o hasta actos heróicos como ayudar en una labor de parto, frustrar un robo, impedir una agresión o que alguien atente contra su propia vida.
Que tengamos en Querétaro a buenos policías nos cuestión de suerte. Es el resultado de muchos años de institucionalizar políticas para que los policías sean preparados en academia, cumplan con controles de confianza, tengan capacitación permanente, estén bien equipados y cuenten con buenos sueldos, prestaciones y buenas condiciones laborales.
Pero para que la buena calidad de los cuerpos policiales pueda continuar y seguir mejorando es muy necesario que también haya evaluación y revisión permanente. Por ello me parece un gran acierto de la administración del presidente municipal Felifer Macías que se haya instalado el Consejo de Honor y Justicia de la Secretaria de Seguridad Pública Municipal de Querétaro con la participación de especialistas y observadores ciudadanos cuya responsabilidad será garantizar que el personal policial desempeñe sus funciones conforme a los principios de legalidad, objetividad, eficiencia, profesionalismo y respeto a los derechos humanos.
Asimismo, será responsable de iniciar, tramitar y resolver procedimientos disciplinarios contra quienes incumplan estos principios, así como de aplicar sanciones tales como amonestaciones, multas, suspensiones, destituciones e inhabilitaciones.
Sólo aquello que se revisa se puede mejorar y aunque nadie desearía que sucedan eventos o conductas negativas por parte de los elementos de las corporaciones, es muy bueno que existan las instancias profesionales que conozcan y resuelvan los casos con imparcialidad, justicia y transparencia para que se tomen las medidas correctivas correspondientes.
