Por: Jesús Roldán Acosta.– A pesar de los votos sumados por la oposición, éstos no fueron fructíferos, ya que la entonces candidata Bertha Xóchilt Gálvez Ruiz perdió rotunda y apabullantemente, en razón numérica de 2 x 1.
En esta ocasión se repitió el mismo patrón del 2018, donde la ciudadanía emitió su voto a favor de Andrés Manuel López Obrador y a los demás candidatos de Morena.
Muchos factores debieron influir en los votantes, en un país con poco más de 129 millones de habitantes donde más de 23 millones de personas reciben “Programas Sociales”, enarbolados por AMLO, pese a que éste durante sus “mañaneras” se ha encargado de polarizar y dividir a la población mexicana entre ricos, “clasemedieros”, “fifís” conservadores y cuantos epítetos que estigmatizaron hasta el paroxismo.
Cabe mencionar que de 2019 a lo que va del presente año, 18 millones 463 mil personas lograron un aumento su salario mínimo general en más del 113%. Si bien no es nominalmente importante, sí lo es en cuanto a la percepción de haber “mejorado” sus ingresos. Eso en la mente del mexicano común es como si hubiesen obtenido un gran incentivo, por más que dicho incremento no represente algo significativo.
Otro aspecto a distinguir ha sido que en 25 de las 32 entidades federativas se redujo la pobreza laboral.
Lo que la gente esperaría con Sheinbaum de presidente de México es que verdaderamente encare a los grupos delincuenciales, fomente la participación de inversionistas nacionales y extranjeros en obras de infraestructura física de interés de utilidad práctica para la población. Marcando, con ello, la diferencia de AMLO que ha privilegiado a unos cuantos empresarios de su gran predilección.
Es hecho real que Sheinbaum tuvo mucha presencia comunicacional, sus diversas campañas, mostraron promesas insistentes hacia los grupos vulnerables, de sectores de la clase media, a quienes se dirigió con mensajes que éstos deseaban escuchar, reiterando hasta el cansancio que los programas sociales continuarían; esto como “gancho” medular de sus discursos, sin pronunciar estridentes palabras dicharacheras, similares a las proferidas durante la Campaña de Vicente Fox Quesada; ahora con Xóchitl Gálvez no tuvo mismo efecto.
Por cierto, la ciudadanía ya está cansada de escuchar palabras soeces, banalidades, quieren ser tratadas como seres humanos respetados.
La debacle del PAN en lo particular fue primordialmente haberse aliado con los dirigentes corruptos de los partidos políticos del PRI -con “Alito Moreno Cárdenas”- y del PRD – Jesús Zambrano-.
He de mencionar que los “Programas políticos” de Xóchilt Gálvez Ruiz eran parecidos a los de Vicente Fox Quesada.
El dinero para la Campaña de la hidalguense provino de algunos grupos de oligarcas, de los cuáles sobresalían el empresario Claudio X. González (Kimberley Clark), cuya fábrica localizada en San Juan del Río, Querétaro es contaminante y alta consumidora de agua potable, misma que utiliza para los procesos industriales en la fabricación de papel y cartón.
De por sí, en Querétaro no contamos con suficiente agua dulce, ésta se importa de Zimapán, Hidalgo.
Los cuadros dirigentes de panistas están pasados de moda.
Por dignidad y ética, si conocen lo que esto significa deben renunciar y dejar el paso libre a novedosas y pujantes generaciones de políticos, que no imiten modelos anquilosados y deleznables, como los “moches”, ni que estén comprometidos en la venta de escaños.
En el PAN existen, desde hace muchos años, los mismos cuadros políticos , ejemplo, Kenia López Rabadán, que lo mismo brinca de un cargo como a otro, también están Jorge Triana, Gustavo Madero, Ernesto Ruffo, Marco Cortés Mendoza, Ricardo Anaya Cortés, Margarita Zavala, Santiago Creel Miranda, Josefina Vázquez Motta, entre muchos más de la “Cofradía” de Intocables.
Por el PRI, también hay la misma miseria humana, como Manlio Fabio Beltrones “Alito” Moreno Cárdenas; ya “chole” con los mismos personajes, salidos de películas estilo “El Padrino”.
En el PRD está el eterno Jesús Zambrano, José Guadalupe Naranjo y otros más.
En síntesis, los partidos políticos se han centralizado en grupúsculos del poder político y no han dejado avanzar, ni tampoco ascender a nuevas e interesantes generaciones de líderes sociales.
A propósito durante la contienda electoral se exhibieron reiterados temas de campaña que rayaron en alto niveles de toxicidad.
Lo que más llamó nuestra atención fue la amplia y rotunda “madriza” que recibió la coalición denominada “Fuerza por México”, encabezada por Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz; fue “duro y a la cabeza”, como se acostumbra decir en el ambiente boxístico.
No sólo la presidencia será de Morena, Sheinbaum triunfó con el 33.2 millones de votos, con 54% de la votación; Xóchitl obtuvo solamente 15.6 millones de votos, con 27.09% de votación; sino que también ganaron la mayor parte de los escaños (243), sus satélites fueron así: 74 del Verde y 48 del PT en la Cámara de Diputados (en San Lázaro).
La suma de escaños de Morena y sus aliados dan 365 diputados federales y 108 para el PAN, PRI y PRD; MC logró 22 lugares.
También sucedió estrepitoso triunfo para el Senado, para Morena hay 62 asientos, 14 para el Verde, 6 del PT; 22 para el PAN, 17 al PRI, 2 al PRD y 5 para MC. Lo que sucedió en las elecciones para el Senado de la República, fue una apabullante lección.
En cambio, en San Lázaro el PAN obtuvo72 lugares, 34 el PRI y 34 para el PRD; 26 de MC.
En las dirigencias nacionales del PAN, PRI y PRD deberían de estar realizando el recuento de daños y reestructurarse de inmediato a nivel cúpulas, porque -de lo contrario-, habrán aceleradas salidas de militantes de esos partitos políticos y se refugiarán en Morena, PT, Verde y MC.
Las dirigencias nacionales y estatales de esas organizaciones sociales tendrán que presentar sus renuncias a la brevedad.
Cabe mencionar que en México estamos inmersos en un populismo; más no hay que creer que vayamos al comunismo, ya las decisiones económicas, a diferencia de anteriores sexenios, no han sido adoptadas por los grandes oligarcas de México; como se acostumbraba antaño.
Los actuales tiempos ya cambiaron, pese al estilo personal de gobernar de parte de AMLO y de la próxima presidenta muy probablemente iría en una similar línea conductual de su mentor político.
Los gobiernos populistas.
A nivel internacional hay distintos tipos de populismo, el de la derecha de Jair Bolsonaro (Brasil), el de Nicolás Maduro (Venezuela) como Dictador y corrupto, encontramos también a la derecha y a la ultraderecha, como se ha caracterizado al empresario Nayib Bukele en El Salvador; Daniel Ortega Saavedra (Nicaragua), éste se ha convertido en fuerte y desalmado Dictador.
En muchos gobiernos de las naciones europeas, la tendencia es hacia la presencia de la ultraderecha, como Hungría, Alemania, entre otros más.
La Derecha en México.
Por antonomasia, la derecha mexicana ha sido profundamente corrupta, -como muchas más de la América Latina- y han gobernado desde la época del presidente Miguel Alemán Valdés, hasta el presidente Enrique Peña Nieto.
Con AMLO, el poder se ha sustentado en la clase olvidada, otorgándoles servicios y apoyos sociales, logrando respuestas favorables de parte de los sectores de la población categorizados en Niveles Socioeconómicos (NSE) de la clase media-baja, baja, hasta los estratos más bajos de la población.
Eso ha sido un éxito en términos de votos y del arropamiento de esa gente hacia AMLO y recientemente para otorgarle contundentes votos para Claudia Sheinbaum Pardo, sin desequilibrar las finanzas públicas.
En el presente sexenio del gobierno de López Obrador, se generaron condiciones favorables para el impulso presidencial y ahora llegada al poder de Claudia Sheinbaum. Debemos analizar todas las variables que influyeron perfectamente para el ascenso de ésta al nivel actual.
Si hacemos escueto análisis de gobiernos estatales, como el de Querétaro, nos preguntamos. ¿Para quiénes han gobernado realmente los gobernantes estatales panistas? Desde Francisco Garrido Patrón, Francisco Domínguez Servién y ahora con Mauricio Kuri González, podemos resumir que se les ha beneficiado a ciertos grupos empresariales locales y a varias personas de la clase media alta.
Es inconcebible que al ex gobernador panista de Yucatán, Manuel Vila, considerado por años consecutivos, como el mejor gobernador de México le hayan registrado en la séptima posición plurinominal para el Senado; dudo mucho que a Vila le alcancen los votos para lograrlo.
Sin embargo, vividores de la política, como es el caso del empresario aguacatero michoacano Marko Cortés Mendoza y su “padrino ” político Ricardo Anaya Cortés se hayan despachado con la cuchara grande, al registrarse en la primera y tercera posición para una senaduría plurinominal.
Ejemplos locales existen muchos, por ejemplo, en Querétaro, los cuadros políticos panistas son controlados y pasan invariablemente por la aprobación del ex gobernador Francisco Domínguez Servién, del auto exiliado en EE.UU. -desde el inicio del sexenio de AMLO- Ricardo Anaya Cortés y actualmente también encontramos con fuerte influencia, al propio gobernador Mauricio Kuri González.
Ese “triunvirato” es el que se encarga de partir el pastel político en todo el Estado de Querétaro.
