La necesidad de hacerse del vital líquido para la humanidad supera los índices del mercado de valores del oro y de la energía.
Nuestro planeta posee sólo el 2.5% del agua dulce, parte de ésta es potable; se convertirá en un serio factor de riesgo mundial.
A finales del 2014, poco más de 780 millones de personas no cuentan con fuentes mejoradas del agua potable, principalmente de las naciones africanas.
En la actualidad, cerca de 2,400 millones de personas no tienen fácil acceso al agua.
Paradójicamente, ese mismo año, el mercado mundial del agua representó un importante negocio de 600 mil millones de dólares. Se estima que para el año 2020 este aumente al billón de dólares estadounidenses.
La necesidad de contar con el suministro oportuno de agua potable se incrementará de tal manera, que podría incidir en probables enfrentamientos entre las naciones que por su proximidad geográfica requieren abastecerse de agua potable y que se derivarían otros problemas relativos a la agricultura y de generación de alimentos.
En ese medular renglón comercial participan empresas relacionadas con el tratamiento, gestión del líquido y de las que se encargan de la infraestructura y suministro.
En esta agenda pendiente de resolver se sitúan países asiáticos, africanos, del medio oriente y del propio Estados Unidos de América, que ha señalado el riesgo de que el agua y su escasez llegue a ser una amenaza a la Seguridad Nacional.
Ante esa gran problemática, contrasta lo siguiente, en el año 2015, México lideraba a escala mundial el consumo del agua potable embotellada, con 169.8 litros anuales per cápita; la demanda anual de este mercado asciende al 15%, más que en Italia (147.5 litros per cápita).
Para el 2013, el mercado del agua embotellada en nuestro país logró acumular un valor de 10 mil 036 millones de dólares, un incremento del 12%, en relación con el año 2012; entre el 2008 y el 2013, el mercado de agua embotellada aumentó 53.3% en México.
Mientras tanto, según declaraciones del presidente Enrique Peña Nieto, del 2014 y al término de su sexenio de gobierno (2018), se invertirá entre 250 mil y 300 mil millones de pesos en infraestructura física del agua. ¿Será suficiente esta medida?
¿Contamos con alternativas para la reutilización saludable del agua?
Por cierto, en el 2015, el estado de Querétaro, según datos del Inegi, habían 321 tomas de agua para abastecimiento público, muy por debajo de la media nacional, como el de Guanajuato, con 896 tomas del líquido.
Por el contrario, los estados de Jalisco, de México y de Oaxaca son las entidades con más tomas de agua potable con: 1,777; 1,554; y, 1,536.
Querétaro, para finales del 2014, tenía 98 puntos de descarga de agua residuales municipales sin tratamiento.
@JROLDANA