Frecuencias por Jesús Roldán Acosta.- Mientras naciones como la de Estados Unidos de América, que han cobrado enorme fuerza de los fatídicos sucesos del 11 de septiembre del 2001, donde a diario se bajo amenazas, mismas que se han agudizado hasta los dolorosos acontecimientos perpetrados en la masacre ocurrida en Las Vegas, sin olvidar los recientes asesinatos en la que perdieron la vida poco más de 8 personas; cinco de ellos turistas argentinos que estaban celebrando el 30 aniversario de haber egresado de una institución politécnica de su ciudad natal, Rosario; se agruparon y coincidieron que el mejor sitio era visitar y gozar de los lugares de la conocida “Gran Manzana” (Ciudad de Nueva York; o Isla de Manhattan), entre otros aspectos, mediante un paseo en bicicleta.
Ese trunco viaje de esparcimiento colectivo tomó forma en una famosa y concurrida ciclo-pista, donde lo mismo acuden a cualquier hora del día y de la noche, personas de cualquier edad para correr, caminar y simplemente,para disfrutar del bello paisaje neoyorkino.
En tanto se dilucidan y toman acciones rápidas para prevenir ese tipo de acontecimientos, se ennegrece aún más el panorama político-social de esa nación.
Por el contrario, varias de las causas (o premeditadas razones) que catapultan y favorecen se repliquen tales pasajes deleznables y por demás lacerantes, al parecer todo apunta a que los habitantes, así como de diversos líderes sociales de ese gran territorio norteamericano deberían profundizar en temas relacionados con el libre flujo de armas; además de que -al parecer- se endurecerán las políticas de inmigración y de la exacerbada intolerancia racial y religiosa.
Apartados anteriores en los que tanto cabilderos que tienen fuerte y constante presencia en la Cámara de Representantes (equivalente a la Cámara de Diputados en San Lázaro de México) y de Senadores, y de quienes influyen en el círculo próximo del proceso de toma de las decisiones del propio presidente Donald Trump,no reparan en asumir compromisos que favorezcan subsanar, o en menor medida, paliar los conflictos sociales que ello trae consigo.
Por otra parte, tampoco debemos generalizar “demonizar”, ni generalizar a los musulmanes como parte de un grupo hostil que pretende internamente desestabilizar a la nación estadounidense; eso es lo que muchos medios conservadores de ese país nos quieren endilgar; sobre todo aquellos que durante la campaña electoral le apoyaron a Donald Trump y que, además, lo siguen haciendo; como Fox News, Washington Post, entre otros, así como de varias redes sociales ultra-conservadoras con tintes nazis, enaltecedores de la “supremacía blanca”.
No hay que incidir en la fobia hacia los musulmanes, o aún más, hacia aquellas personas que de manera libre profesan la religión y preceptos del islam. Esta religión, como cualquier otra que persigue fines nobles y pacíficos deben ser respetadas.
Tampoco olvidemos que, al referirnos al control de armas en Estados Unidos, quienes desempeñan un papel preponderante son los grupos empresariales manufactureros de éstas, así como de los que agrupados en la ultra-conservadora “Asociación Nacional del Rifle”(o National Rifle Association) patrocinan financieramente las campañas de Representantes, Senadores, Gobernadores y del mismo presidente de ese país.
En cuanto a la participación religiosa se hace urgente y necesaria la reunión a manera de Cónclave, en la que se den cita los representantes internacionales y nacionales de los principales movimientos religiosos que actúan y congregan a la mayor cantidad de feligreses (adeptos) a sus respectivas congregaciones e impulsen mecanismos y acciones, con los pesos y contrapesos necesarios, para que estén en condiciones de ubicar y calmar los acalorados ánimos de sus representados y se apacigüe la negativa efervescencia, que es, sin duda, clara señal de discriminación e imposición de los unos sobre los otros.
En ese sentido, ninguna grey o comunidad religiosa tiene asegurado su “ascenso al cielo prometido”, cuando en la misma tierra lo único que se propala es la inquina, la feroz y aguda discriminación y el despojo de muchas personas por parte de unos cuantos.
De continuar y agudizarse ese tipo de sucesos se correrá el peligro de que se presente una mayor división y polarización social al interior del territorio estadounidense; nación antes descrita como la tierra de las gran oportunidades y de las libertades y de un claro ejemplo de país que impulsaba y moldeaba a su diversa heterogeneidad social; crisol importante de muchas y enriquecedoras culturas y civilizaciones.
Lastimosamente éstas ya se han visto mermadas y ultrajadas en amplio sentido, donde lo material prevalece sobre la libertad humana.
@JROLDANA