Querétaro se distingue por contar con un espacio territorial que permite la construcción y el desarrollo de distintas industrias y plantas de producción, así como el desarrollo de carreras relacionadas con ingeniería industrial, negocios y comercio[1], siendo así una potencial fuente de trabajo y desarrollo profesional. Un ejemplo, es que en 2022 el estado presentó una tasa de desocupación de apenas 3.63%[2].
Además, Dado que el 65.3% de la población cuenta con una licenciatura y los campos de formación más demandados se relacionan con el área industrial[3] y procesos del área de manufactura, el estado representa una oportunidad donde las empresas pueden establecerse y crear nuevas fuentes de trabajo. Esto significa un beneficio mutuo para compañías y profesionales.
“Kellogg es una empresa que necesita del talento industrial que cada vez crece más en la región, por eso, consideramos al estado un área de oportunidad para desarrollarnos. Al ser pioneros en la región, con los años hemos confirmado que la sociedad queretana es una pieza clave en nuestra producción local y regional. Establecimos una planta que surte al país y la región de productos de alta calidad con talento queretano”, comenta al respecto Víctor Marroquín, presidente y CEO de Kellogg México.
Otras empresas internacionales replicaron esta acción permitiendo que a finales de 2022 el estado registrara 20 parques industriales, los cuales son esenciales para la economía nacional y la infraestructura estratégica de las cadenas productivas, además de aportar en el PIB generado año con año por la región. Hacia finales de 2022, la actividad económica en Querétaro aumentó 3.5%, en comparación con el 2021[4]. El crecimiento de la ciudad y del estado ha sido constante, gracias al talento calificado que existe.
“El éxito de empresas internacionales no sólo radica en la inversión en nuevas plantas u oficinas, nos debemos enfocar también en abordar problemas sociales como la desigualdad laboral entre hombres y mujeres, emplear a recién egresados e implementar medidas sustentables que beneficien a los proveedores y eficienten el uso de recursos naturales durante las actividades económicas”, señala Marroquín.
Por ejemplo, Kellogg es una empresa incluyente que ha construido una cultura en México y Latinoamérica donde todos los empleados se sientan inspirados para compartir su pasión, talentos e ideas a través de programas e iniciativas internas que permiten romper los estereotipos generacionales, trabajar a favor de la diversidad e inclusión y promover la ocupación femenina dentro de sus puestos directivos. De manera externa buscan que sus operaciones tengan el equilibrio justo entre el medio ambiente y el desarrollo de los seres humanos. Por ello, impulsan prácticas sustentables que ayudan a satisfacer las necesidades de las personas, sin comprometer los recursos de las generaciones futuras.
“En Kellogg, apoyamos a más de 300 mil agricultores, sus familias y comunidades en México, como parte de nuestros objetivos globales a 2030 para impactar a 1 millón de agricultores. La idea es ayudarlos a incursionar en prácticas de agricultura climáticamente inteligente y técnicas sustentables de producción. Se trata de una de nuestras iniciativas, pero seguimos trabajando en estos temas cada día. Somos conscientes de que tenemos muchas tareas pendientes, pero también de que el compromiso es real. Buscamos ser un referente de cómo hacer bien las cosas buscando, como prioridad, el bienestar de las comunidades de las que formamos parte”, finalizó Víctor Marroquín.
esa es una planta que opera por subcontratados si acaso son diez personas que están dentro de la nómina de la empresa y algunos son bien déspotas no hay crecimiento ni de valores