Con la finalidad de reactivar el crecimiento económico y de esta manera sentar una base sólida para el progreso a largo plaza en América Latina y el Caribe, convocan a invertir en los jóvenes sin un empleo formal o estudios, a través de una mejora de la calidad educativa, de las competencias de los jóvenes y de sus oportunidades de emprendimiento.
Lo anterior lo señalan en su informe Perspectivas Económicas de América Latina 2017 el Centro de Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (CEPAL) y CAF Banco de Desarrollo de América Latina.
“Los adultos jóvenes representan una cuarta parte de la población en América Latina. La capacidad de aprovechar este importante dividendo demográfico de 163 millones de personas de entre 15 y 29 años será crucial. Ayudar a todos los jóvenes de la región, y en especial a las mujeres, a realizar su potencial es la mejor inversión para el futuro de América Latina”, comentó la directora de Gabinete del Secretario General de la OCDE y Sherpa ante el G-20, Gabriela Ramos, con motivo de la presentación del informe Perspectivas Económicas de América Latina 2017 durante la 25ª Cumbre Iberoamericana en Cartagena de Indias.
Agregó que en un contexto de aumento de la escolarización, empoderar a los jóvenes, vinculando simultáneamente su talento con las demandas y las estructuras del mercado de trabajo, es un modo inteligente de crear un crecimiento inclusivo, reducir desigualdades y aumentar la productividad de los países.
El informe señala que casi 30 millones de jóvenes de la región de ALC no tienen empleo, no estudian, ni reciben capacitación. Ellos representan el 21% de los jóvenes de la región, en comparación con el 15% en los países de la OCDE. Otro 19% de los jóvenes trabajan en empleos informales.
Las mujeres se ven particularmente perjudicadas, pues representan el 76% de quienes no tienen empleo, no estudian, ni reciben capacitación, en parte porque se dedican a tareas en el hogar no remuneradas.
Al menos 6 de cada 10 jóvenes que viven en hogares pobres no tienen empleo, no estudian, ni reciben capacitación o trabajan en el sector informal de la economía, y 4 de cada 10 jóvenes que viven en hogares vulnerables de clase media no tienen empleo, no estudian, ni reciben capacitación o están en el empleo informal.
Lo anterior contrasta con el caso de los hogares de clase media, en los que sólo 2 de cada 10 jóvenes se encuentran en esta situación.
Contexto económico
El PIB de América Latina y el Caribe (ALC) se contraerá entre un 0.9% y 1% en 2016, según las últimas estimaciones. Esto supone un segundo año consecutivo de crecimiento negativo y un ritmo de contracción al que no se asistía en la región desde principios de la década de los 80.
De acuerdo con el informe Perspectivas Económicas de América Latina 2017, la región debería recuperarse en 2017, aunque con un crecimiento modesto del PIB de entre un 1.5% y 2%, por debajo del crecimiento que se espera en las economías avanzadas.
Esta prolongada desaceleración económica podría poner en peligro el progreso socioeconómico del continente.
Siete millones de latinoamericanos cayeron en la pobreza en 2015, y entre 25 y 30 millones de latinoamericanos vulnerables correrán el mismo riesgo durante los próximos dos años. Aunque estos resultados no están desvinculados del entorno económico mundial, también poseen su propio contexto país y su dinámica regional.
Educación para jóvenes en ALC
Aunque la educación en ALC ha mejorado significativamente en la última década, pocos estudiantes reciben suficiente educación como para desarrollar plenamente su potencial productivo.
Dos de cada tres jóvenes latinoamericanos no están preparados para trabajos que requieren competencias técnicas, profesionales y de gestión complejas. Al mismo tiempo, un 50% de las empresas formales en la región de ALC reportan que tienen problemas para cubrir sus puestos, frente a un 36% en los países de la OCDE.
Los países de la región deben invertir más esfuerzos en identificar a los estudiantes de bajo rendimiento, mejorar la transición a niveles superiores de educación y fortalecer la educación y la formación técnica. Los programas de capacitación deben combinar el aprendizaje en el aula y en el lugar de trabajo a fin de facilitar la transición hacia empleos formales.
Emprender por necesidad
Un 26% de los jóvenes emprendedores deciden emprender por necesidad, al no tener mejores opciones de trabajo, en comparación con un 16% en los países de la OCDE. Las barreras al emprendimiento son, en promedio, un 59% más elevadas en la región de ALC que en la OCDE.
La integración de los jóvenes emprendedores de ALC en las cadenas globales de valor (CGVs) es aún limitada. Además, los emprendedores jóvenes enfrentan dificultades, incluso más que los adultos, para acceder a financiamiento, desarrollar capacidades gerenciales, participar de redes empresariales, acceder a nuevos mercados y superar barreras regulatorias.
El informe recomienda apoyar políticas multidimensionales, como las dirigidas a complementar los microcréditos, con barreras regulatorias más bajas, vinculando a los jóvenes emprendedores con redes existentes y potenciar la capacitación gerencial y financiera. También será fundamental facilitar el acceso a servicios e infraestructuras de banda ancha asequibles a fin de que los jóvenes puedan sacar el máximo partido de la economía digital.
Para ampliar esta información sobre el informe Perspectivas Económicas de América Latina 2017, visite el sitio en internet: www.latameconomy.org/es