Te has preguntado ¿por qué te va mal?, ¿por qué los demás te tratan así?, ¿por qué te enojas?, ¿por qué las cosas son como son?, ¿cómo tengo qué hacer esto?, incluso ¿cómo encontrar pareja?, ¿Cómo educar a los hijo?}
Hay muchas formas de tener las respuestas que buscamos hoy en día gracias a la tecnología, pero les digo que “nuestro cerebro” tiene que trabajar, tiene que discernir lo que leemos o lo que escuchamos, si no nos lo tragarnos todo así literal, solo porque lo vimos en el internet o una de las redes sociales o apps de IA, (inteligencia artificial), los chavos que son los que más le saben a las aplicaciones y buscan respuestas se van inmediatamente al Chat GPT o Google Bard, Chat Sonic o Agent GPT, para que les oriente o les resuelva la vida, los más prácticos o flojos le preguntan a Siri o a Alexa, hay quien hasta sostiene una conversación, y
está muy bien usar la tecnología para facilitarnos la vida, pero tenemos que darnos cuenta que una persona además de saber usar la tecnología debe saber usar su cerebro, su “IN” (inteligencia natural). Un ejemplo simple: vamos a ir de viaje a un lugar y le preguntas el clima a una de estas apps, te dice que va a hacer calor, y llevas ropa para calor, cuando llegas al lugar resulta que hace frio, pues qué crees que entró un frente frío y no lo monitoreaste, y reniegas de la app y dices que se equivocan, claro que no, tu lógica de pensamiento debe saber que el clima cambia y que hay que estarse actualizando y así con muchas otras cosas, son guías mas no son las que dictan qué y cómo hacerlo. Somos unos bendecidos en tener todo tan a la mano, pero somos “más bendecidos por tener un cerebro”, hay que tener criterio para usar las plataformas y no hay mejor manera que pensar, conocer nuestra situación y nuestro contexto de vida y nuestras posibilidades.
Tenemos que partir de una realidad, al ser humano por naturaleza le gusta encontrar respuestas, quiere entender o encontrar una explicación a una situación, se quiere explicar todo porque la incertidumbre es muy incómoda, requerimos tener un cierto nivel de control en nuestra realidad para estar cómodos; y para obtener respuestas hacemos distintas cosas, algunos investigamos en el internet, en Google, en YouTube, en TikTok, algunos pedimos opinión o le platicamos a alguien para ver si esa persona ya vivió algo semejante o tiene algo
que decir, y luego está el otro lado la gente que siempre tiene una opinión o algo que decir a cerca de cualquier experiencia, incluso hay personas que hasta parecen que quieren competir en experiencias, no importa que sean negativas, ellas pretenden saber de todo y opinan de todo, total que caemos en un torbellino de información y de opiniones y todo ¿por qué? Tan simple porque no nos gusta pensar, no sabemos pensar y además nos gusta que alguien más nos diga qué hacer a pesar de que nadie sabe mejor que nosotros qué hacer.
Ahora vamos a entrar a lo que nos ocupa para ir avanzando, al inicio de este capítulo pregunté ¿por qué me va mal?, seguramente cualquier IA te puede responder un sin número de cosas, pero para que tengas una respuesta que te ayude verdaderamente lo único que tienes que hacer es cambiar el ¿por qué? Al para qué, el ¿por qué? siempre te va a llevar a una justificación o a un pretexto y el ¿para qué? te va a dar las respuestas y soluciones que buscas, vamos a un ejemplo para que quede más claro: si sufres un asalto y te roban tu teléfono o tu cartera, ¿por qué a mí, si había tanta gente en la calle?, eso no te va a llevar a ningún lado, pero si cambias la pregunta puede ser que todo cambie ¿para qué me robaron? Para que sea más precavido, para que sea menos confiado, para que no porte una bolsa ostentosa, etcétera, ¿por qué me enfermé?, ¿Para qué me enfermé?, quizás para cambiar mi estilo de vida, quizás para descansar, quizás para cuidarme más, ¿para qué me va mal? Quizás para cambiar de trabajo, quizás para estudiar, quizás para esforzarme más, de esta manera encuentras las respuestas que estás buscando, no puedo decirte que las más fáciles, pero si las mejores.
Muchas personas que se la pasan en las la internet y en las redes dicen las cosas con una seguridad como si ellos las hubieran estudiado o descubierto; no son capaces de decir “fíjate que el otro día leí en una página de internet tal cosa”, No, las dicen con una seguridad que espante; hoy en día gracias a la tecnología hay personas que dicen saber de todo, sí de todo, de medicina, de nutrición, de geografía, de política, de agricultura, de carpintería, de repostería, de jardinería, de belleza, de mercadotecnia, de electricidad, de moda, de albañilería, de plomería, de geopolítica, de religión, de deporte, de espiritualidad, “saben de todo menos de ellas mismas”.
Por: Dra. Blanca Estela Almanza
