Por: Omar Castrejón.– Un paquete bomba recibido en un restaurante de la ciudad de Salamanca, Guanajuato estalla matando a los socios del negocio y lesionando muy gravemente a otras 4 personas, sucedió ayer.
En la misma semana sicarios del CJNG avanzaron en los territorios de Tierra Caliente, en Michoacán. Aguililla, Coalcomán, Tepalcatepec, utilizando drones para atacar con ráfagas de fuego y bombas desplazando a la población.
Así lo describe un empleado de la alcaldía de Tepalcatepec: “La táctica de los ‘jaliscos’ es primero lanzar sus drones contra las comunidades, como fuego de avanzada, y ya que están abandonadas entonces entran por tierra y se apoderan de ellas. Es una estrategia nueva. La pueden aplicar también en la cabecera municipal, ¿por qué no? son unos terroristas sanguinarios, no se tientan el corazón. Ya lo estamos viendo”.
Estos son los más recientes ejemplos de la ola de narcoterrorismo que está asolando a México.
Los que fueron los principales críticos y fustigadores sobre la responsabilidad del gobierno federal ante la violencia en el país, ahora como gobernantes se han convertido en impávidos espectadores y cómplices de los crímenes perpetrados por la delincuencia organizada y desorganizada mientras cada día la impunidad y la violencia en nuestro país sigue aumentando.
El 2019 y 2020 primeros años del gobierno de Andrés Manuel López Obrador fueron los años más violentos en la historia reciente de México con más de 70,000 homicidios, esto a pesar del despliegue de casi 100 mil elementos de la Guardia Nacional y a la desmovilización social y confinamiento ocasionados por la pandemia por Covid-19 en 2020.
En 2021 apunta a terminar con un promedio igual al de los dos anteriores años alcanzando la cantidad de 100 mil personas asesinadas, entre diciembre de 2018 y el 5 de septiembre del presente año, a este paso en abril de 2022 se rebasará la cifra de 120 mil asesinatos, equivalente a todo el periodo de 2006 a 2012 del expresidente Felipe Calderón.
Esto a pesar que durante el gobierno de la autodenominada “4T” se aumentó el presupuesto de la secretaría de la defensa de 80 mil millones de pesos en 2019 a 94 mil millones en 2020, aumentó a 112 mil millones en 2021 y se presupuestaron 168 mil millones para 2022. La guardia nacional también tuvo incrementos presupuestales considerables pasando de un presupuesto de 29 mil millones para 2020 a 35 mil millones en 2021 y se solicitaron 50 mil millones de pesos en para 2022.
El presupuesto de la secretaria de la defensa ha aumentado casi un 50% y de la guardia nacional casi un 60 por ciento.
De forma conjunta esto equivaldría al sueldo anual de 600 mil policías ganando 30 mil pesos al mes o 294 mil tratamientos completos contra el cáncer.
Sin embargo la violencia y la inseguridad no sólo no han disminuido sino que han escalado al doble en cantidad de víctimas y de manera exponencial en cuanto a la brutalidad y salvajismo en sus métodos.
Decapitaciones, descuartizamientos, poblados incendiados, ataques sin causa aparente a civiles, mujeres y niños acribillados, decenas de masacres (esas que tanta risa le provocan al presidente) de acuerdo a la organización “causa común”, se registraron 460 hechos de violencia extrema tan sólo en agosto de este año. En México cada día son asesinados 7 niños y 10 mujeres.
Somos un país donde el gran elector es el narcotráfico este año de elecciones fueron asesinados 102 políticos y también es el gran censor pues entre 2018 y 2021 van 68 homicidios de activistas y 43 de periodistas.
¿Y si no es para garantizar la seguridad de los mexicanos por qué el ejército está acumulando tanto poder?
Ante este panorama vale la pena recordar las palabras del filósofo y escritor Fernando Savater: ‘El terrorismo no es pura psicopatía, sino una forma de domesticación social”.