Si tienes hijos menores de edad o eres docente de educación básica seguramente tienes las mismas preocupaciones que la mayoría de nosotros sobre el regreso a clases durante la pandemia, pues en la realidad a pesar de lo que se difunde por parte del gobierno y muchos medios de comunicación este regreso al ciclo escolar se da en medio del peor repunte de contagios desde que la contingencia sanitaria comenzó y ahora los más vulnerables y propensos a contagiarse son precisamente los menores de edad puesto que ellos no se encuentran vacunados y en la actualidad las nuevas variantes del virus Covid-19 son más agresivas y letales.
Con datos del día 1º. de septiembre de 2021 en un artículo de la agencia *CNN (1,2,3) se muestran las estadísticas del repunte de contagios y hospitalizaciones que se está experimentando en EEUU donde los principales afectados son los niños y adolescentes.
La situación no es muy diferente en México estas son las estadísticas al respecto de la Secretaría de Salud Federal y la Secretaría de Gobernación en las que se muestra que el pasado mes de agosto se registró el mayor número de contagios en menores de edad.
Aún ante esta grave situación el problema no es si los menores regresan a clases presenciales o no, el problema es cómo hacer este regreso minimizando los riesgos de contagio y maximizando el aprovechamiento del tiempo que pasaran conviviendo presencialmente con sus maestros y compañeros, pues es innegable que son muy graves las afectaciones que han sufrido los estudiantes durante todo el tiempo de confinamiento no sólo en su rezago educativo sino también en su salud física y emocional.
Así que en lugar de preguntarnos si deberían regresar a clases presenciales la mejor pregunta sería cómo tendría que ser ese regreso para minimizar los riesgos de contagio tanto para ellos como para los maestros y sus familias.
En este contexto debemos entender que la educación ha sido el talón de Aquiles en nuestro país por su baja calidad y es también un mosaico de grandes carencias e inequidades lo cual solo se ha agravado con la pésima decisión de dar marcha atrás a la reforma educativa y al desamparo casi total de la actual administración del gobierno de México actual puesto que la gran mayoría de las escuelas no cuentan con los elementos más indispensables para garantizar que tanto los alumnos como sus profesores puedan estar preparados y en un entorno favorable para la enseñanza por lo que tendría que haber un compromiso y un esfuerzo enorme de todas las comunidades en donde padres de familia, docentes y directivos aporten para conseguir que las condiciones estén dadas y para que con protocolos que consideren medidas preventivas verdaderamente eficientes y efectivas con base en la ciencia y en la experiencia adquirida, se puedan llevar a cabo actividades escolares de forma segura y que verdaderamente tengan un beneficio integral para los infantes y adolescentes, dando el mismo peso e importancia al aprendizaje de los contenidos matriculares como a sus destrezas para adquirir nuevos conocimientos, para resolver problemas, para crear hábitos saludables, a sus habilidades para socializar e interactuar con otras personas y que les ayuden a mantener salud física y mental mediante actividades que les presenten retos pero también motivación y diversión.
Nadie puede asegurar cuándo tendrá fin la pandemia y hasta qué momento se podrá regresar a una “normalidad” como la conocíamos antes de la llegada de este virus, tal vez pasen muchos años o tal vez surjan avances científicos y tecnológicos que nos devuelvan un sensación de seguridad al respecto pero el día de hoy nadie lo sabe pero lo que nos hace seres humanos es nuestra capacidad de adaptación ante las adversidades, nuestra resiliencia y nuestro ingenio para convertir crisis en oportunidades, si viéramos este problema como una oportunidad tal vez podríamos darle la vuelta a ese rezago educativo tanto escolar como familiar que padecen las nuevas generaciones y podríamos aprovechar de forma inteligente todas las posibilidades que nos proporciona la tecnología utilizando mejor nuestro tiempo y fomentando en niños y jóvenes valores y habilidades que realmente les permitirán desarrollarse exitosamente en un entorno complejo y desafiante y a nosotros como padres y maestros crecer como personas y así poder brindarles a ellos una formación y una crianza de calidad.
Omar Castrejón
Twitter: @Omar_Castrejón
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*3. Lo que revelan los datos sobre los niños y el Covid-19 en los EE.UU.
*4. Se registra la mayor cifra de contagios en menores
