Por: Jesús Roldán Acosta.- Durante el primer año de su gestión como rectora de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), la doctora Silvia Amaya Llano, ha consolidado importantes y competitivos programas educativos avalados por acreditaciones en el ámbito nacional (69%) e internacional (16), coronando 68 Programas de Posgrado registrados en el Sistema Nacional de Posgrados (SNP), del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcit).
Por cierto, la UAQ se ubica por encima de la media nacional en cuanto a los indicadores que evalúan la competencia educativa. En 2024, la UAQ estaba posicionada -a nivel nacional- en el lugar 21.
Esta importante universidad pública cuenta con 22 Centros de Investigación y 11 Laboratorios dedicados a la vinculación, extensión y servicio, que fortalecen las actividades de investigación y la generación de conocimientos, en diferentes campos del conocimiento.
Uno de los compromisos trazados por la doctora Silvia Amaya Llano es continuar fomentando la consolidación de esta institución educativa mediante su internacionalización.
A diferencia de su antecesora. la doctora Teresa García Gasca (2018-2024), los gastos de la administración central bajo la coordinación de ésta fueron mayúsculos y a todas luces indiscriminados y además opacos. También con ella, creció considerablemente el número de la burocracia de “cuates” y de los compromisos personales y políticos.
Con la actual rectora Amaya Llano, la comunidad universitaria espera que los recursos se apliquen más en las áreas sustantivas.
El efecto por incrementar la burocracia, permea también a las Facultades de la misma UAQ. Como es el caso de la actual dirección de la Facultad de Contaduría y Administración (FCA) y que con la conducción del maestro Omar Bautista se dio a la tarea de abrir su propia oficina Jurídica, cuando esa actividad primaria le concierne al Abogado General de la UAQ, representada por Antonio Montes.
Esa burocracia impacta contra los trabajadores administrativos y del personal docente que han perdido su capacidad adquisitiva.
Sólo en el periodo 2018-2024, la relación de ingresos versus el porcentaje de la inflación general fue del 5.65%. Esos datos compara la evolución de precios a largo plazo. En tanto que la inflación subyacente, medida en forma mensual o trimestral, no considera la energía, ni de los alimentos no elaborados; ésta es importante para predecir la inflación general y medir resultados de la política monetaria del país.
Con la gestión actual de la rectora Amaya Llano, se ha limitado el indiscriminado uso que era costumbre en tiempos de su predecesora; la doctora Teresa García Gasca ejercía el presupuesto universitario con manga ancha. A propósito, no se ha sabido dónde fueron destinados los más de 30 millones de pesos recabados por la UAQ, para elaborar -en tiempos de la pandemia- la famosa vacuna contra el virus de la Covid-19.
Otros ejemplos fueron los asuntos de varios ex directores, como fue el caso del doctor “Copy paste”, Martín Vivanco, que en la Facultad de Contaduría y Administración (FCA) fue acusado de haberse fusilado una tesis de maestría y del doctorado para su propio beneficio. Es decir, ostenta ambos grados de manera ilegal. Donde además, se benefició de manera personal de recursos de esa comunidad educativa.
Se sabe bien, que el “doctor copy paste” -Martín Vivanco- le otorgó en renta y por varios años un edificio de tres pisos de su propiedad al entonces Coordinador estatal de Morena en Querétaro, Mauricio Ruiz Olaes, éste actualmente es delegado en Querétaro de la SEP.
El alquiler mensual asciende a 90 mil pesos y Ruiz Olaes recibe a cambio su respectiva comisión por la cantidad de 15 mil pesos; a esa operación ilegal se le denomina una relación ganar-ganar, además de que se incurrió un delito federal, ya que los Partidos Políticos reciben recursos públicos.
Martín Vivanco hacía y deshacía a su rupestre criterio todo cuanto quería y podía, para lograr sus arbitrarios cometidos.
Restaría indagar también acerca de cómo le hizo para construir varias casas de su propiedad edificadas durante sus dos gestiones como director de la FCA.
Si deseamos indagar a profusión y de tiempo atrás, notaremos que en los años de rector de la UAQ, el doctor Gilberto Herrera Ruíz -actual diputado federal de Morena por Querétaro, incurrió en defraudación al erario público federal, birlando 320 millones de pesos que serían destinados a la elaboración del desarrollo de software, mismo que nunca sucedió y que existía el compromiso que sería elaborado por investigadores y docentes de la misma UAQ.
Herrera Ruíz subcontrató a terceras de servicios dichos software; eso está penado, la Fiscalía General de la República abrió una carpeta de investigación en contra del doctor Gilberto Herrera Ruiz.
