Por: Jesús Roldán Acosta. El pasado mes de abril cumplí 18 años de haber llegado a vivir en una entonces apacible y bella Ciudad, no tenía visos de presentar contaminación ambiental. La capital queretana estaba cubierta de cielos y nubes aterciopeladas, mi familia directa percibió un especial toque de tranquila provincia mexicana, me refiero a la Ciudad de Querétaro.
De este tiempo a la fecha, esta urbe ha cambiado bastante, la “mancha urbana” ha crecido desproporcionadamente, hay mucho descuido por evitar ponerle un alto al aumento de la contaminación atmosférica, este mal ha incidido en el cúmulo de enfermedades pulmonares. oculares, gastrointestinales; sobre todo en la población infantil y de los adultos mayores.
Pasando al tema central, debo mencionar que a mi arribo, data hace 18 años, llamó mi atención la presencia dinámica, empoderada y entusiasta de una mujer en particular, conocida como “Lupita”: Guadalupe Murguía.
Por esa época era Titular de Educación Pública durante la administración de Francisco Garrido Patrón.
He seguido de cerca su trayectoria política, donde lo mismo ha ocupado diferentes cargos de representación popular, como diputada federal -donde ocupó la presidencia de la Mesa Directiva- , regidora capitalina, senadora de la República, en esta posición también dedicó mucho tiempo a su brillante actuación como presidenta de la Mesa Directiva.
Hasta hace unos cuantos meses era secretaria de Gobierno del Estado de Querétaro, encomienda conferida por Mauricio Kuri.
“Lupita” ha sabido desenvolverse de manera pulcra y fina entre muchos tiburones de la política mexicana, que muchas veces no respetan la diáfana trayectoria política o las condiciones de género, ni tampoco la inteligencia femenina.
Durante su extensa y prolífica carrera ejercida por 25 años en la práctica de la diaria Administración Pública, la gobernanza, se ha preocupado y ocupado mediante el ejercicio del diálogo, respeto y tolerancia, básicos para la construcción de un mejor tejido social.
En todos los escenarios en los que ha participado, incluyendo en sus recorridos de plazas públicas, escuelas públicas y privadas, así como en el caminar e interacción con la gente en calles y colonias, el personaje en cuestión ha tenido oportunidad de externar públicamente que “se enfocará en el regreso de las Estancias Infantiles, las Escuelas de Tiempo Completo, así como en facilitar apoyos para que las mujeres emprendan su negocio propio; éstas son el principal engranaje de las familias queretanas”.
“Lupita” Murguía trabajará sin cesar a favor de los adultos mayores (pensiones y en los programas sociales para adultos mayores, en el abastecimiento de medicinas); al tiempo que se ocupará por la juventud y de sus oportunidades y cuenten con educación de calidad, que les permita abrirse paso hacia su promisorio futuro.
Otro tema al que le dedicará especial atención -al llegar a la senaduría- será en la pulcra revisión de la Estrategia Nacional de Seguridad; ya que la fallida ´estrategia´ federal de “abrazos y no balazos” ha postrado día a día a nuestra nación, generándose caos y descontrolada violencia social, propiciado por la inacción gubernamental. Lo cual, por un lado, ha permitido que distintos grupos del crimen organizado (CO) -a lo largo y ancho del territorio nacional- hagan de las suyas; en síntesis el CO, ha rebasado a las diferentes fuerzas de seguridad pública.
“Lupita” Murguía ha reiterado durante el proceso de la campaña electoral que, debemos construir un mejor futuro para Querétaro, evitar divisionismos centralizados y permeados hacia las entidades federativas, que en vez de sumar, han polarizado a la población mexicana, donde el odio ha sido la constante; esa pesadilla deberá cambiar ya.
En estos 90 días de intensas jornadas efectuadas por toda nuestra entidad federativa, a propósito de la Campaña Electoral para aspirar a una senaduría por Querétaro, “Lupita” Murguía mencionó que “nos encontramos ante la elección más importante de la historia del México moderno”.
Y que no desmayará en proponer para que en todo México se presenten las libertades, los derechos humanos fundamentales para generar oportunidades de mejor futuro e impedir llegue la violencia a nuestro Estado; en tanto que los recientes gobernantes estatales se han preocupado u ocupado por la seguridad de la gente que vive y produce en esta entidad.
En positivo posicionamiento político, “Lupita” señala, sin tapujos, que “la esperanza cambió de manos y se llama Xóchitl Gálvez Ruiz”.
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