¿De qué sirve que el agua sea considerada parte importante en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y de que sea un Derecho Humano, si ese recurso ha estado escaso por muchos años?
Sabemos que las Políticas Públicas de este sector han fracasado en nuestra nación.
El territorio mexicano cuenta con 32.1 millones de hectáreas agrícolas, de esas, en promedio, 21.6 millones su utilizan para la siembra.
En México (junio de 2023) llovió 61% menos con relación al periodo de junio de 1991 a 2020. Las presas del país, en promedio, se encuentran a 44.6 % de su capacidad.
Caso muy opuesto y por demás alarmante lo observamos en el Estado de Querétaro, donde las presas están al 7.1%.
En gran parte del territorio nacional, el costo del agua para el consumidor final es por lo general, bajo, existen subsidios que absorben la factura la Federación (Conagua), así como las diferentes entidades federativas.
Luego entonces, no existe financiamiento suficientemente sano, sustentable y equilibrado.
Hace mucha falta que se difundan campañas públicas, de cobertura nacional, que detallen de manera sencilla aspectos concernientes con la Cultura y cuidado del agua, que evidencie el costo, precios reales y la valía de contar con el líquido vital.
Punto medular a considerar es el monitoreo que cada casa debiese contar para el cuidado del agua y su consumo racional.
Poco más del 40% del agua que pasa por la red primaria y secundaria se derrocha en las permanentes fugas del agua.
En cuanto a los criterios y niveles del medio ambiente y por demás sostenibles, las autoridades involucradas en este tema tendrían que enfocarse de inmediato en el reciclaje y tratamiento de “aguas negras”, más aún de las denominadas “aguas grises”, las que se surgen del uso de lavadoras de ropa, para lavar trastes, limpieza de pisos y para el riego.
En cuanto a las asimetrías existentes tenemos que el campo agrícola y la ganadería es el gran consumidor del “agua dulce”, con el 76 %, contra el 14 % del consumo doméstico de las ciudades, 5 % a las termoeléctricas y el restante 5 % a las industrias del país.
Desafortunadamente no se trabaja, ni se invierte en la tecnificación del campo mexicano. Además de que las fallas en los sistemas de riego propician que se desperdicie cerca del 60%, afectando a los cultivos.
De enfocarse en riego por goteo de precisión, se estará ahorrando un total del 50%. También deberá cambiarse el enfoque extensivo por uno intensivo en menor territorio, pero usando técnicas avanzadas, lo cual trae consigo mayor producción a costos menores.
Habrá que establecer también reglas claras y de obligatoriedad legal para que todos los agricultores cuenten con eficientes sistemas de riesgo y de esa manera optimicen el recurso hídrico.
Ejemplos existen, en la Zona Metropolitana del Valle de México, abastecida por el Río Cutzamala, el agua de la “llave” proviene de aguas concentradas por las lluvias que penetran en áreas subterráneas, de pozos; el 75% y el 25% restante del Sistema Cutzamala, que beneficia al Estado de México, Michoacán, conformado por 7 presas, que abastecen a 3 de cada 10 hogares de la zona.
El abasto del Sistema Cutzamala en la Ciudad de México (CDMX) es de 800 litros por segundo.
Disponibilidad del agua por zonas geográficas.
Mientras que en el sureste mexicano, el consumo promedio es de 18,500 metros cúbicos, en la Ciudad de México es de apenas 143 m3; el promedio general restante asciende a 4,263 m3.
Eso nos indica que hay que administrar eficientemente utilizar y proveer mejor el agua, efectuar baños rápidos a lo sumo de 5 minutos, cerrar la llave de la regadera mientras nos enjabonamos y cepillamos los dientes, no regar jardines con agua dulce, ni tampoco lavar autos, ni las banquetas con regadera; usar contenedores pequeños, como cubetas.
Otro elemento a considerar es reducir el patrón de consumo del agua, hacerlo extensivo para los campos de golf y regadíos agrícolas.
Expertos en materia hídrica señalan que si se mejoran las técnicas de riego de cultivos se solucionaría el problema del agua en México.
Derivado de la compleja y crítica realidad no es de dudar que se haga la “Declaratoria de Desastre Natural”, con aplicación de los respectivos Protocolos a seguir, por la actual crisis del agua
La gravedad de la presente crisis hídrica. Lo mismo afecta las principales entidades federativas y sus Ciudades: Estado de México, Nuevo León, Querétaro, León, Monterrey, Ciudad de México (CDMX). Es en ésta macro polis, donde la intermitencia y “tandeo” en los cortes del suministro es recurrente y con mucha constancia, de nula o baja presión del agua.
Las protestas en 13 de las 16 alcaldías de la CDMX han presentado cierres constantes a las avenidas principales, por los bajos niveles en el suministro del agua, proveniente del Río Cutzamala que abastece también al Estado de México y en parte al Estado de Querétaro.
Todo ello, pese a que la temporada de estiaje aún no inicia, que se acompañaría de elevadas temperaturas y severas ondas de calor.
Querétaro se esfuerza por salir adelante.
Durante el periodo 2015-2022 el riego por aspersión se registraron un total de 1,030.63 hectáreas tecnificadas. Ahorrándose 1 millón 232, 063.80 de metros cúbicos por año, con 95 % de eficiencia de aplicación; se beneficiaron 2,609 productores de ellos.
En 12 de los 18 municipios de Querétaro, las aportaciones federales sumaron 105 millones, 276 mil 688.59 pesos. En cambio, la contribución estatal superó a la anterior y fue de 123 millones 691, 286 pesos.
En gran parte del territorio mexicano existe seria situación hídrica. En el Estado de Querétaro no es ajeno a la misma.
Debemos cuidar y hacer un uso racional el agua, más aún cuando se aproxima la temporada de estiaje, que se acompañará de probables elevadas ondas de calor.
