Se calcula más de 500 mil se congregaron en la Plaza de la Constitución este domingo para protestar contra el “Plan B” de la reforma electoral que impulsa el presidente Andrés Manuel López Obrador, y sus seguidores; sí, más de 500 mil mexicanos en la CdMx, a los cuales se suman los miles que también se congregaron en Querétaro, Mérida, Toluca, Colima, Monterrey, Tampico, Acapulco y otras 80 ciudades o poblados más para defender al INE.
Sin embargo, los más de 500 mil mexicanos que se congregaron bajo el lema de “El INE no se toca” y la defensa de la democracia fueron despojados de su bandera, confirmando que quien encabeza cada mañanera se asume dueño de México y sus destinos, como cada mañana donde desestima y descalifica a quienes piensan distinto a él; en su concepción de país, ellos son traidores, conservadores, fifís, retrógradas y miles de adjetivos más, pero no los considera ciudadanos de su nación.
Por lo anterior, sin problemas ni remordimientos, los despojó de su bandera y se atrincheró en su palacio al más puro estilo medieval, el miedo al dragón de las 500 mil cabezas no anda en burro.
Para él y su séquito es más sencillo desestimarlos, degradarlos a la posición de opositores y brindarles un sinnúmero de calificativos, antes que asumirlos como ciudadanos de su país, pues no forman parte de su proyecto de nación.
Y es que para una personaje obcecado, que vive en paranoia asumiendo que es más importante su persona y proyecto que México, es más sencillo descalificarlos y adjetivarlos ante la falta de resultados por parte de su gestión, de otro modo tendría que reconocer sus fracasos.
Aún con el asta vacía, despojados de su lábaro patrio, más de 500 mil en el Zócalo y en otras 80 y tantas ciudades cantaron su himno, haciendo vibrar que son mexicanos, que no están dispuestos a dejar en manos de una persona o de unos cuantos el destino de México, que participarán activamente, con democracia, defendiendo su voto, derechos y libertades.
Un ojo al gato, por Alfredo Sotomayor
