1.- Las demandas frustrantes e irritantes que aparecen en la convivencia familiar o escolar pueden impactar negativamente en el desarrollo del niño o adolescente generando estés infantil.
2.- El sicólogo Juan Carlos García Ramos adscrito al Hospital General Regional No. 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Querétaro, indicó que el estrés cotidiano infantil hace referencia a la exposición de circunstancias o acontecimientos externos, capaces de alterar el equilibro fisiológico y psicológico del niño o de la niña.
3.- El especialista indicó que se trata de sucesos, problemas, preocupaciones y contrariedades de frecuencia, baja intensidad y con el pronóstico de que pueden alterar paulatinamente el bienestar integral del infante.
4.- Fuentes de estrés:
En el ámbito escolar están la interacción con el profesor, dificultades con las tareas académicas, exámenes, bajas calificaciones, carencia de material escolar, cometer errores ante los compañeros y exceso de actividades extraescolares.
En el ámbito personal la falta de aceptación de los padres o maestros, peleas familiares o maltrato y situaciones de ridiculización o burla. A estos se suman las dificultades económicas, temores nocturnos o a lugares —escuela, baños, calles—, falta de acompañamiento de los padres y reiteradas peleas entre hermanos.
5.- Consecuencias:
De acuerdo al sicólogo cuando el estrés cotidiano infantil se torna crónico y ocurren acontecimientos importantes, como por ejemplo separación de los padres, violencia entre los padres, desempleo o fallecimiento de un familiar, entre otros, se pueden generar trastornos psicológicos más importantes y de difícil manejo por las personas a cargo de los menores”.
6.- El IMSS recomienda como estrategias concentrarse en resolver el problema, buscar diversiones relajantes, distracción física, esforzarse y tener éxito en metas cortas, fijarse en lo positivo de la vida, buscar apoyo profesional, buscar apoyo social y pertenencia familiar; además, no se deben ignorar los problemas, reservarlos para sí, autoinculparse o dejar al “ya se le pasará”.
Fuente: IMSS